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Mostrando las entradas de febrero 4, 2007

Mi amigo Pablo (I)

Hay momentos en la vida de las personas en que sabemos valorar el terruño que nos vio nacer y donde transcurrió parte de la existencia misma de esos años de la tierna y alocada juventud. Hoy los llevo a conocer una persona que, salio de su pueblo natal a buscar nuevos horizontes y regreso por recomendación médica a la tranquilidad, al reposo, pensionado se establece nuevamente en las montañas de Pueblo Cumarebo. ¡Ay que lindo es viajar a Pueblo Cumarebo! Pueblito que acaricia con su brisa suave al visitante, lo embriaga con sus aguas que salen de las entrañas de la tierra, agua pura, agua potable, su agricultura nos muestra las bondades de la tierra y su gente su calor humano. Caminar por las calles de este pequeño pueblo nos muestra una inusitada quietud de sus habitantes, pareciera que no viviera nadie, los ruidos del viento un poco fantasmagóricos dada la cantidad de árboles frondosos que arropan ala pequeña villa, pero es un pueblo acogedor. En su plazoleta sale de la montaña un ch