Memorias de un Extensionista (13)


 
 

¡Yo soy UNEFM!
¡Programa de Ciencias Veterinarias!
¡Mis inicios en la Universidad “Francisco de Miranda”!
¡El tiempo no borra tu huella!

¡Se aprende haciendo y no escuchando a un profesor! (George Kembel). El Programa de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional Experimental “Francisco de Miranda”, se crea en el año 1979.
El complejo Docente El Hatillo fue visitado por el presidente Luis Herrera Campíns en 1981, allí estuvimos en esa interesante reunión, y es grato recordar encontrarme con Pedro Da Costa Gómez, tío del mejor amigo de mi juventud el Ing. Agr. Esteban Petit Da Costa. Pedro fue vicario de la Diocesis de Coro, por muchos años fui su colaborador. Pedro era Monseñor, nuestro encuentro fue emocionante y familiar; él era secretario privado del presidente para esos momentos.
El Complejo Docente El Hatillo como así lo bautizaron profesores y estudiantes, este 5 de octubre de 2021 cumplió 40 años de sus inicios, de su fundación; después de transcurridos 22 años, en diciembre del año 2003, se la cambia el nombre por Complejo Académico Ing. Agr. José Rodolfo Bastidas.
En el segundo semestre de 1981, comenzaron las clases, primer semestre tanto para Agronomía como para Veterinaria. Es en febrero de 1982, donde se me solicita para el dictado del “Taller de Producción y Manejo de Forrajes”, del II Semestre del Programa de Ciencias Veterinarias. A los investigadores, según el “Reglamento de Investigación”, se les permitía dictar cuatro (4) horas de clases semanales. Pero lo interesante de esto, es que tenía grupos de trabajo teórico-práctico de lunes a jueves (1 hora de teoría y 4 horas de práctica), solo el viernes me quedaba libre; y así, y todo, querían que subiera a Churuguara. Lo que no tomaban en cuenta, es que un profesor tiene que preparar clases y corregir exámenes; muchas veces me llegue a preguntar, sabían estos señores lo que es “ser” un profesor universitario.
Del director del Programa de Ciencias Veterinarias, el Prof. Oscar Abreu (+) recibí apoyo incondicional para ingresar como profesor del Taller. Y, como yo estaba desilusionado por lo que había pasado en los trabajos de “Investigación de Pastizales” y la falta de apoyo necesario para continuar, decidí pedir mi traslado de Investigación a Docencia, el cual fue aprobado en 1982. Ah me olvidaba comentar, antes de esto, yo pertenecía al Departamento de Producción Vegetal, y como no gustaba la forma como yo hacía las criticas o molestaba alguna autoridad por ello en las evaluaciones que se hicieron año 80 diciembre, año 81 diciembre, pero eran críticas constructivas y no querían aceptarlas, estas eran evaluaciones de toda la Universidad. Un día recibí un memorándum donde me pasaban del Departamento de Producción Vegetal al Departamento de Producción Animal, allí hice carrera, historia hasta que me jubilé en 2012.
Pero lo interesante de todo esto, donde dictar las clases, estábamos hablando de “Taller”, la innovación del Programa de Ciencias Veterinarias. La pregunta que me hacía era, ¿Conocemos la diferencia entre asignatura y taller? En algún momento explicaré esto con lujo de detalles.
Cómo en la Universidad no disponíamos de un espacio adecuado para el dictado del “Taller de Producción y Manejo de Forrajes”, recurrimos al Ministerio de Agricultura y Cría Sub Región Falcón (MAC), que tenía una “Parcela de Forrajes” en el Km 7 en el Cebollal. Para esos momentos el director del MAC-Falcón era el Ing. Agr. Hernán Jiménez, amigo y compañero de estudio en la Facultad de Agronomía UCV-Maracay. Hecha la solicitud para hacer uso de esos espacios, la misma fue aprobada de inmediato.
Una vez en las instalaciones, podíamos disponer de un salón amplio, otro salón más pequeño para laboratorio y lo más importante el “campo” y unos galpones amplios con maquinaria y equipos agrícolas. Tener a disposición dos (2) tractores, cosechadoras de pasto, equipos de henificación, equipos de fumigación mecanizable, arados, rastras, rotativas, rodillos y zorras para transporte del pasto.
Pero, siempre hay un, pero, nos encontramos con un tractor y equipos agrícolas abandonados en el terreno, un buen o mal ejemplo para nuestros estudiantes. Y, aquí viene lo interesante, mi ayudante el Técnico Agropecuario Raúl Smith Brett, ahora sería mi “Auxiliar Docente”; hecha la revisión del tractor, el daño no era grave y se le buscó solución de inmediato, al igual para los equipos agrícolas abandonados, todos en pleno funcionamiento.
Ahora viene el detalle más importante que todo “Taller” de esta naturaleza tiene que tener la fuente de agua para riego, la “bomba de agua” tenía meses sin funcionar, la causa, faltaba un cable que la conectará al fluido eléctrico. Gracias a los buenos oficios del Prof. José Araujo, que tenía un amigo ingeniero em CADAFE, logramos primero la inspección y luego la donación e instalación del cable de parte de los técnicos de CADAFE.
Ahora sí, el “Taller” tenía todo lo necesario para funcionar y que los estudiantes aprovecharan al máximo su aprendizaje. El primer trabajo junto con los estudiantes fue establecer el “Jardín Forrajero”, luego la implementación de las parcelas experimentales para que los estudiantes montaran sus ensayos. La experiencia de enseñanza/aprendizaje fue interesante, y muy valiosa tanto para el profesor, auxiliar y estudiantes.  Y aquí, una vez más contamos con el total apoyo del director del Programa de Ciencias Veterinarias, el Prof. Oscar Abreu.
Pasaron los meses, incluso años, todo bien, pero en Venezuela se manejan las cosas al vaivén de la política, el término del mandato del Dr. Herrera Campíns se acercaba (febrero 1984), y fue cuando le propuse al Director del Programa de Ciencias Veterinarias que solicitáramos en donación la “Parcela de Forrajes”, tal solicitud fue aprobada y la Ministro de Agricultura y Cría (MAC) la Dra. Nidia Villegas, se quedó esperando por el Rector para la firma de lo acordado.
Pasado un tiempo, vimos como los tractores fueron sacados al igual que los equipos de henificación, la respuesta que nos dieron era que fueron prestado a los productores para un programa de conservación de forrajes. Por eso mismos momentos, comenzamos a tener problemas con la bomba y nadie daba respuesta para arreglarla; de repente todo aquello que era ideal para el funcionamiento del “Taller” se vino abajo.
Ya no había interés en estar en la parcela de forraje del MAC, y comienza nuestro peregrinar, no teníamos espacio y equipos, lo que nos llevó a viajar a Mene Mauroa, gracias a la colaboración del estudiante José G. López, su papá y un hermano, podíamos todas las semanas de disponer de fincas para el dictado de las prácticas. Las clases teóricas para esos momentos las dictábamos en el Edificio Santa Ana, a las 7:00 pm un día cada semana.
“Hay cosas que ni el tiempo, hacen olvidar”.
¡Una migaja final…!
Cómo ya lo dijimos anteriormente, el Programa de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional Experimental “Francisco de Miranda”, se crea en el año 1979; es allí donde el Prof. Quiterio asume un papel importante en lo que sería el perfil profesional y el diseño curricular en la formación profesional del Médico Veterinario. El Programa era novedoso, se apartaba de los modelos tradicionales. ¿Qué era lo novedoso? El área de vinculación con el trabajo. Y en especial, los “Talleres”, esa era mi área de trabajo. ¿Qué son los Talleres? Son los potreros, las instalaciones pecuarias, fincas, granjas, clínicas hospitalarias y ambulatorios, centros de procesamiento de alimentos. Todas las tradicionales materias de producción tendrían lugar en los talleres. La filosofía de los talleres se basa en la frase de que, “nadie puede dirigir lo que el mismo no sabe ejecutar”. Sobre los Talleres discutí mucho con el Prof. Quiterio, porque lamentable nunca tuvimos los recursos para poder tener fincas y granjas donde los estudiantes pudieran cumplir con el “aprender haciendo”. Sobre los Talleres los analizaremos en una entrada más adelante.
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