Memorias de un Extensionista (13)
¡Yo soy UNEFM!
¡Mis inicios en la
Universidad “Francisco de Miranda”!
¡El tiempo no borra
tu huella!
¡Se aprende haciendo y no escuchando a un profesor!
(George Kembel). El Programa de
Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional Experimental “Francisco de
Miranda”, se crea en el año 1979.
El Complejo Docente El Hatillo como así lo
bautizaron profesores y estudiantes, este 5 de octubre de 2021 cumplió 40 años
de sus inicios, de su fundación; después de transcurridos 22 años, en diciembre
del año 2003, se la cambia el nombre por Complejo Académico Ing. Agr. José
Rodolfo Bastidas.
En el segundo semestre de 1981, comenzaron
las clases, primer semestre tanto para Agronomía como para Veterinaria. Es en
febrero de 1982, donde se me solicita para el dictado del “Taller de Producción
y Manejo de Forrajes”, del II Semestre del Programa de Ciencias Veterinarias. A
los investigadores, según el “Reglamento de Investigación”, se les permitía
dictar cuatro (4) horas de clases semanales. Pero lo interesante de esto, es
que tenía grupos de trabajo teórico-práctico de lunes a jueves (1 hora de
teoría y 4 horas de práctica), solo el viernes me quedaba libre; y así, y todo,
querían que subiera a Churuguara. Lo que no tomaban en cuenta, es que un
profesor tiene que preparar clases y corregir exámenes; muchas veces me llegue
a preguntar, sabían estos señores lo que es “ser” un profesor universitario.
Del director del Programa de Ciencias
Veterinarias, el Prof. Oscar Abreu (+) recibí apoyo incondicional para ingresar
como profesor del Taller. Y, como yo estaba desilusionado por lo que había
pasado en los trabajos de “Investigación de Pastizales” y la falta de apoyo
necesario para continuar, decidí pedir mi traslado de Investigación a Docencia,
el cual fue aprobado en 1982. Ah me olvidaba comentar, antes de esto, yo
pertenecía al Departamento de Producción Vegetal, y como no gustaba la forma
como yo hacía las criticas o molestaba alguna autoridad por ello en las
evaluaciones que se hicieron año 80 diciembre, año 81 diciembre, pero eran
críticas constructivas y no querían aceptarlas, estas eran evaluaciones de toda
la Universidad. Un día recibí un memorándum donde me pasaban del Departamento
de Producción Vegetal al Departamento de Producción Animal, allí hice carrera,
historia hasta que me jubilé en 2012.
Pero lo interesante de todo esto, donde
dictar las clases, estábamos hablando de “Taller”, la innovación del
Programa de Ciencias Veterinarias. La pregunta que me hacía era, ¿Conocemos la
diferencia entre asignatura y taller? En algún momento explicaré esto con lujo
de detalles.
Cómo en la Universidad no disponíamos de un
espacio adecuado para el dictado del “Taller de Producción y Manejo de
Forrajes”, recurrimos al Ministerio de Agricultura y Cría Sub Región Falcón
(MAC), que tenía una “Parcela de Forrajes” en el Km 7 en el Cebollal. Para esos
momentos el director del MAC-Falcón era el Ing. Agr. Hernán Jiménez, amigo y
compañero de estudio en la Facultad de Agronomía UCV-Maracay. Hecha la
solicitud para hacer uso de esos espacios, la misma fue aprobada de inmediato.
Una vez en las instalaciones, podíamos
disponer de un salón amplio, otro salón más pequeño para laboratorio y lo más
importante el “campo” y unos galpones amplios con maquinaria y equipos
agrícolas. Tener a disposición dos (2) tractores, cosechadoras de pasto,
equipos de henificación, equipos de fumigación mecanizable, arados, rastras,
rotativas, rodillos y zorras para transporte del pasto.
Pero, siempre hay un, pero, nos encontramos
con un tractor y equipos agrícolas abandonados en el terreno, un buen o mal
ejemplo para nuestros estudiantes. Y, aquí viene lo interesante, mi ayudante el
Técnico Agropecuario Raúl Smith Brett, ahora sería mi “Auxiliar Docente”; hecha
la revisión del tractor, el daño no era grave y se le buscó solución de
inmediato, al igual para los equipos agrícolas abandonados, todos en pleno
funcionamiento.
Ahora viene el detalle más importante que
todo “Taller” de esta naturaleza tiene que tener la fuente de agua para
riego, la “bomba de agua” tenía meses sin funcionar, la causa, faltaba un cable
que la conectará al fluido eléctrico. Gracias a los buenos oficios del Prof.
José Araujo, que tenía un amigo ingeniero em CADAFE, logramos primero la
inspección y luego la donación e instalación del cable de parte de los técnicos
de CADAFE.
Ahora sí, el “Taller” tenía todo lo
necesario para funcionar y que los estudiantes aprovecharan al máximo su
aprendizaje. El primer trabajo junto con los estudiantes fue establecer el
“Jardín Forrajero”, luego la implementación de las parcelas experimentales para
que los estudiantes montaran sus ensayos. La experiencia de
enseñanza/aprendizaje fue interesante, y muy valiosa tanto para el profesor,
auxiliar y estudiantes. Y aquí, una vez
más contamos con el total apoyo del director del Programa de Ciencias
Veterinarias, el Prof. Oscar Abreu.
Pasaron los meses, incluso años, todo bien,
pero en Venezuela se manejan las cosas al vaivén de la política, el término del
mandato del Dr. Herrera Campíns se acercaba (febrero 1984), y fue cuando le
propuse al Director del Programa de Ciencias Veterinarias que solicitáramos en
donación la “Parcela de Forrajes”, tal solicitud fue aprobada y la Ministro de
Agricultura y Cría (MAC) la Dra. Nidia Villegas, se quedó esperando por el
Rector para la firma de lo acordado.
Pasado un tiempo, vimos como los tractores
fueron sacados al igual que los equipos de henificación, la respuesta que nos
dieron era que fueron prestado a los productores para un programa de
conservación de forrajes. Por eso mismos momentos, comenzamos a tener problemas
con la bomba y nadie daba respuesta para arreglarla; de repente todo aquello
que era ideal para el funcionamiento del “Taller” se vino abajo.
Ya no había interés en estar en la parcela de
forraje del MAC, y comienza nuestro peregrinar, no teníamos espacio y equipos,
lo que nos llevó a viajar a Mene Mauroa, gracias a la colaboración del
estudiante José G. López, su papá y un hermano, podíamos todas las semanas de
disponer de fincas para el dictado de las prácticas. Las clases teóricas para
esos momentos las dictábamos en el Edificio Santa Ana, a las 7:00 pm un día
cada semana.
“Hay cosas que ni el tiempo, hacen olvidar”.
¡Una migaja final…!
Cómo ya lo dijimos anteriormente, el Programa
de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional Experimental “Francisco de
Miranda”, se crea en el año 1979; es allí donde el Prof. Quiterio asume un
papel importante en lo que sería el perfil profesional y el diseño curricular
en la formación profesional del Médico Veterinario. El Programa era novedoso,
se apartaba de los modelos tradicionales. ¿Qué era lo novedoso? El área de
vinculación con el trabajo. Y en especial, los “Talleres”, esa era mi
área de trabajo. ¿Qué son los Talleres? Son los potreros, las
instalaciones pecuarias, fincas, granjas, clínicas hospitalarias y
ambulatorios, centros de procesamiento de alimentos. Todas las tradicionales
materias de producción tendrían lugar en los talleres. La filosofía de los
talleres se basa en la frase de que, “nadie puede dirigir lo que el mismo no
sabe ejecutar”. Sobre los Talleres discutí mucho con el Prof. Quiterio, porque
lamentable nunca tuvimos los recursos para poder tener fincas y granjas donde
los estudiantes pudieran cumplir con el “aprender haciendo”. Sobre los
Talleres los analizaremos en una entrada más adelante.
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