Memorias de un Caminante Adulto Mayor (2)


¡Serpenteando en una ciudad que atrapa!
¡En Quito todos somos vecinos!
¡Caminar es Vivir!
¡Empecemos a caminar para vivir mejor! 

Caminar: “Cura para el alma y el cuerpo”.
En la revista Selecciones de abril 2021 aparece un artículo de Gloria Liu (Tomado de Outside), titulado: “Con los pies en Marcha”, página 70-77, donde comenta. “Descubrí que caminar es una apacible actividad que favorece el bienestar del cuerpo y el alma”.
¿Cómo descubre Liu los secretos del caminar?
Hasta hace poco, nunca se me había ocurrido salir a caminar por placer: Prefería el ciclismo de montaña o esquiar. Todo cambió en julio de 2019, cuando una furgoneta arrolló a Andrew, mi prometido – quien tiene 34 años -, mientras iba en su bicicleta. Contra todo pronóstico, sobrevivió, pero su pierna izquierda quedo paralizada.
¡Liu se hace preguntas!
Caminar con Andrew era una estupenda manera de pasar tiempo juntos. Pero ya sin su compañía, yo era una mujer atlética y en forma de 36 años. ¿No debería estar haciendo algo más enérgico que dar pasos calmos?
La caminata – considerada durante mucho tiempo como un ejercicio ligero y poco exigente, ideal para personas mayores o para quienes quieren perder peso – fue perdiendo su atractivo entre los jóvenes que practican actividades al aire libre. Quizá todo esto se deba a que esencialmente no entendemos muy bien por qué lo hacemos. No hay mejor razón para caminar que el hecho de que podamos hacerlo.
¡El artículo de Liu y la expresión de Paul!
Cuando escribí un artículo sobre el ciclista de montaña profesional Paul Basagoitia. El atleta había sufrido una lesión en la médula espinal que lo paralizó de la cintura para abajo. Un año después del percance, Paul recuperó la movilidad de su cuádriceps y sus isquiotibiales, y pudo volver a la bicicleta. Sin embargo, aún no recupera totalmente la movilidad de los glúteos y pantorrillas, así que utiliza un bastón para mantenerse en pie. “Lo creas o no, pedalear es mucho más fácil que andar”, me comentó.
Como ciclista de montaña, me entusiasmó la idea de que estw ejercicio tan apacible fuera, en cierto modo, más demandante que el deporte al que dedicaba entre 10 a 12 horas de entrenamiento a la semana.
¡Liu disfrutando de su caminata!
Una tarde a finales de la primavera, después de una nevada, salí a correr por una senda. Al cabo de un par de kilómetros reduje la velocidad hasta que ya solo caminaba. Los pájaros cantaban. Las gotas de nieve derretida caían. Dejé de mirar al suelo y contemplé las enormes coníferas que adornaban los flancos del camino. Luego de una jornada pegada a la computadora, los árboles se veían reales al extremo. Sentí que yo también volvía a ser real, que volvía a habitar mi cuerpo.
En ese momento supe que caminar no era solo un ejercicio. ¿y si caminar es en realidad una forma sencilla de pasar más tiempo de nuestras vidas en movimiento? Al caminar no solo mis pies estaban en marcha, sino también mi vida.
Caminar es una de las maneras más fáciles de hacer actividad física. Caminar no cuesta nada. Todo lo que se necesita es un par de zapatos con buen soporte, especialmente en el talón.
Caminar es una diversión. Si antes lo hacía, ahora que estoy jubilado, viviendo en una ciudad donde la gente hace caminatas a diario, me sobra tiempo, y, no lo hago por aburrimiento, sino por apasionamiento a la ruta. Así es, por eso continuare caminando.





 

¿Cómo comienzo a caminar regularmente?
Dese tiempo en el día para caminar regularmente. Al planificar sus caminatas, tome en cuenta los siguientes puntos:
● Escoja un lugar seguro e invite a un miembro de la familia, un amigo o un vecino que lo acompañe en la caminata. Es importante que su compañero o compañeros de caminata puedan caminar en el mismo horario y al mismo paso que usted.
● Use zapatos con arco de soporte, talón firme, y suela gruesa y flexible que le acolchonen los pies y suavicen el impacto. Antes de comprarlos, pruébese los zapatos en la tienda.
● Use ropa que lo mantenga seco y le quede cómoda. Busque telas sintéticas que absorban el sudor, eliminándolo de su pie.
● Para protegerse del frío en el invierno, use un sombrero tejido de lana, y para protegerse contra el sol en el verano, use una gorra o una visera.
● Divida su caminata en tres etapas. Camine despacio por 5 minutos
para calentarse. Camine más rápido durante la segunda etapa. Finalmente, para enfriarse, camine despacio por otros 5 minutos.
● Estírese antes y después de caminar.
● Trate de caminar por lo menos tres veces por semana. Cada semana, aumente 2 ó 3 minutos el tiempo que camina rápido. Si usted camina menos de tres veces a la semana, tal vez necesite más tiempo para que su cuerpo se acostumbre al ejercicio antes de ir más rápido o extender su caminata.
● Para evitar dolor o rigidez de los músculos o las articulaciones, comience poco a poco. Tómese varias semanas antes de caminar más rápido, a mayor distancia o por períodos más largos.
● Fije metas y premie sus esfuerzos. Un ejemplo de una meta puede ser caminar por 30 minutos sin descansar.
● Mantenga un registro de sus caminatas. Así podrá darse cuenta de su progreso.
● Mientras más camine, se sentirá mejor. También quemará más calorías.
Los expertos recomiendan 30 minutos de actividad física de intensidad moderada la mayoría o todos los días de la semana. Si no puede caminar 30 minutos seguidos, trate de caminar por menos tiempo, y poco a poco aumente su caminata hasta llegar a los 30 minutos.
 


¡Mi caminata por calles y avenidas!
Salí del Edificio Torre Norte, tomé la Av. 6 de diciembre, pasé la Estación “Bellavista”, también la Estación “La Paz” del Ecovía, en la plaza Argentina crucé a la derecha, por una especie de canal peatonal caminamos hasta tomar la Av. Diego de Almagro, aquí caminamos un trecho más o menos largo, para luego cruzar en el “Rey de la Menestra” hasta llegar a la Av. República, aquí caminamos un trecho largo hasta llegar al Parque “La Carolina”. Entramos al Parque, por donde está “El Perro”, nos mantenemos en la periferia, paralelo a la Av. Río Amazonas, allí caminamos un trecho largo, hasta llegar a la entrada de la “Cruz del Papa”, allí seguimos, llegamos al Cruz, entramos a la pista, caminamos unos 250 metros, salimos de la pista rumbo a la Av. Shyris, y de allí cruzamos a la Av. República del Salvador, donde luego tomamos la calle Suiza, al final de la calle cruzamos a la Av. Eloy Alfaro, donde en la intercepción retomamos la Av. 5 de diciembre y de allí al Edificio Torre Norte (Que queda al lado del CNE).


 

 

¡Cuidando mi salud … Caminando!
¿Por qué caminar? Aquí 7 razones para que lo hagas:
Caminar quema calorías. Por ejemplo, una persona que pesa aproximadamente 75 kilogramos y camina un kilómetro en 9 minutos, quemará un promedio de 550-800 calorías en una hora. Estas calorías son comparables a una comida regular.
Caminatas regulares aumentan tu ritmo metabólico. Es conocido el hecho de que una caminata cinco veces a la semana por 30 minutos a una intensidad de moderada a vigorosa aumenta tu ritmo metabólico. Este aumento en el metabolismo dura varias horas después del ejercicio, por lo que se continúa quemando calorías a una velocidad más rápida aún después de terminada la caminata y estando relajado.
Una caminata puede actuar como supresor del apetito. Primero, esto se debe al aumento de la producción de una sustancia química llamada serotonina, la cual cuando alcanza cierta concentración en el cerebro suprime el apetito. Segundo, el caminar aumenta los niveles de una hormona llamada noradrenalina, que no solo aumenta el ritmo metabólico, sino que también inhibe el apetito. Al mismo tiempo, aumenta los niveles de adrenalina que son útiles para movilizar la grasa de las células que son quemadas por la energía del ejercicio.
 

 




Las caminatas aumentan tu tejido muscular. Caminatas regulares aumentan la proporción de peso músculo en todo el cuerpo. Mientras que un kilo de músculo es menor y más compacto que un kilo de grasa. Tu cuerpo lucirá más firme, liso y moldeado.
Las caminatas reducen el factor de sobrealimentación. Muchas personas se sobrealimentan por razones que nada tiene que ver con el hambre, el stress, el aburrimiento, depresión, soledad, etc. Es conocido que un programa de ejercicio puede ayudar a reducir o aliviar por completo estos factores.
Las caminatas aumentan la autoestima. También dan una sensación de “bien estar”, y esto induce a los caminadores a tener una motivación para mantenerse en un peso correcto y alimentarse sanamente, porque se sienten mejor consigo mismos. Una persona con una buena autoestima, tiene más posibilidades de dejar de comer compulsivamente.
Caminar ayuda a acelerar el tiempo del tránsito intestinal. Algunas investigaciones y médicos creen que los ejercicios aeróbicos ayudan a que los alimentos permanezcan menos tiempo en el estómago y los intestinos, por lo que hay menos tiempo para que las calorías y la grasa sean absorbidas. Para que estés bien.
Para que puedas gozar de todos estos beneficios no es necesario participar en maratones, basta con caminar 30 minutos diarios, cinco veces a la semana.






¡Una migaja final…!
El domingo 27 de mayo de 2018, el Diario El Comercio/10/Tendencias, en su sección “QUITEÑÓMETRO”, publicaba una entrevista a Fernando Aramis músico cubano que reside en Quito, que la llamó “Una ciudad que atrapa”, a la pregunta ¿qué es lo que le gusta de Quito?, él respondió: Siempre me pregunte cómo sería Quito. Y hoy que llevo ya 19 años en ella puedo decir que es una mágica ciudad. Arropada de esos imponentes nevados que, en su magnificencia, nos ubican y nos dicen que no somos nada ante la madre naturaleza. Esa sensación de pequeñez me adorna la humildad. Su exquisita comida es otra de sus virtudes. En Quito, no importa donde vivas y que religión o ideología profeses, todos somos vecinos. Otra de sus virtudes es la bondad de regalarnos, en un solo día, las cuatro estaciones del año. Los amigos, las farras, sus teatros, el Centro, definitivamente, esta es una ciudad que atrapa.
A la pregunta, lo que no le gusta de Quito, contestó: Como casi nada en la vida es perfecto, Quito también tiene sus pesares. Uno de estos, sin duda, es el tema de los niños que viven en la calle. Eso me lacera el alma. Tampoco posee un lugar donde se haga música inédita, en el que se defienda y se admita lo nuevo. Son dos de las falencias que más me chocan y apenan.
A la pregunta, lo que cambiaría de Quito, contestó: Cambiaría sus calles, el temor de algunos a crear y defender su patrimonio. Del mismo modo, sus políticos y la indiferencia de sus habitantes ante la pobreza de otros. También me gustaría que la ciudad y su gente no durmieran tan temprano. Que la urbe haga halago de una vida nocturna larga y mágica.
¡Una frase y algo más…!
“Caminaba por el muelle cuando terminaba de trabajar o cuando intentaba pensar en algo. Era más fácil pensar si estaba caminando y haciendo algo o viendo a la gente haciendo algo que ellos entendieron”. (Ernest Hemingway).
Blog Página 50
 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Memorias de un Migrante venezolano (2)

Memorias de un Extensionista (11)

Aquellos Años (2015-2019) … Soy migrante en tierras quiteñas, cerquita del “Cielo”