¡Memorias de una “Comuna” en decadencia! (2)
¡El genocidio madurista contra los ancianos!
(2)
¡El exterminio de los adultos mayores!
¡Una masacre por
gotas!
¡Te contaré una
historia (64)!
El rostro de la tragedia de nuestros ancianos
en Venezuela, se ve a lo largo de nuestro país, cómo mueren los ancianos. Estos
episodios de tragedia y dolor que le ha tocado vivir a la “tercera edad” durante el “Socialismo del Siglo XXI”. Por eso, amiga
María Pueblo,
en tus manos está la redención de nuestros adultos mayores y que pueden tener
en sus últimos años de existencia una calidad de vida que les permita vivir
bien hasta su último suspiro.
El 30 de octubre de 2020 en el noticiero
digital “La Gaceta”, el periodista Nehomar Hernández publicaba un artículo
titulado: “El genocidio chavista contra los ancianos”.
Algo que me pareció interesante de ese
artículo lo voy a compartir: “El socialismo siempre ha sido una estafa,
pero en Venezuela la magnitud del engaño llega a niveles verdaderamente
estratosféricos. Bajo aquella añeja promesa de redención social, igualdad y
bienestar para todos, la izquierda siempre ha enmascarado dos propósitos que
buscan materializar una vez que llega al poder: ejercerlo de manera ilimitada y
no abandonarlo nunca más.
Muestra de ello es lo que ocurre actualmente
con el sistema de pensiones venezolano, que fue concebido para garantizar la
calidad de vida a personas que entran en edades de retiro laboral. Allí, la materialización del engaño
socialista y su inhumanidad toman tintes absolutamente despiadados.
Venezuela cuenta contigo, los adultos mayores
cuentan contigo amiga María Pueblo, se que esto va a cambiar y que tú le
vas a dar prioridad a la atención de los ancianos de nuestro país. Voy a seguir
compartiendo informaciones tristes de lo que viven los adultos mayores, no
tienen a quién recurrir, pero confían en ti amiga, espero no los olvides.
En el noticiero digital “The Washington Post”, con fecha 1 de marzo de 2022, la periodista Luz Mely Reyes, publicaba un artículo
de opinión cuyo título es el siguiente: “Venezuela
ha dejado atrás a sus ancianos”.
Durante los primeros meses de 2022 han
ocurrido en Venezuela hechos que muestran que la crisis del país no amaina,
aunque por momentos se ralentiza. Sin embargo, emergen fragmentos del reto que
el país representa para sus habitantes y para la región. El hallazgo del
cadáver de Ysbelia Hernández, una mujer de 74 años, junto a su esposo, Pedro
José Salinas, de 83, en grave estado de deshidratación, reveló un asunto de
fondo que se nota en muchas partes del país: la crisis económica y la migración
de millones de personas ha dejado en una situación de vulnerabilidad a personas
adultas mayores que se quedan solas, cuidando nietos y con ingresos mensuales
excepcionalmente bajos.
La migración ha modificado la estructura y
las rutinas familiares. El cuerpo sin vida de Hernández y un agonizante
Salinas, abogada y profesor universitario respectivamente, permanecieron tres
días en el apartamento donde vivían hasta que, alertados por familiares que
viven fuera del país, los bomberos lograron ingresar.
En Venezuela, las personas adultas mayores, incluso aquellas con autonomía,
suelen permanecer en el entorno familiar. En muchos casos se apoya en un
sistema de soporte de parientes y en otros casos además contribuye a la
economía familiar porque asume tareas como cuidadores de los niños de la
familia. En un pasado reciente, los mayores aún podrían contar con un sistema
de seguridad social que les permitía acceder a algunos bienes o al menos
satisfacer necesidades básicas. La crisis económica que condujo a la
hiperinflación hizo que todo eso cambiara. Ni ahorros ni pensiones alcanzan. El
monto de una pensión de un profesor universitario no llega a 10 dólares y el de
un obrero es menos de un dólar mensual. Puede ayudar a saber que un kilo de
carne cuesta siete dólares.
La salida del país de grandes grupos de la
población nos ha convertido en un país de abuelos “huérfanos”. Muchos de ellos son monitoreados en la distancia por familiares
y amistades. Otros se han quedado a cargo de los nietos, mientras que las y los
adultos jóvenes se fortalecen en otros países. Por eso, el hallazgo del cadáver
de la jubilada venezolana conmocionó en un principio. Se temía que hubiera
muerto de inanición, como ocurrió con dos hermanos, de 71 y 72 años, cuyos
cadáveres fueron hallados en su vivienda en octubre de 2020, luego de varios
días. Ambos presentaban signos de desnutrición.
De acuerdo con la asociación civil Convite,
en Venezuela “todo el universo de pensionados es pobre”. Su
director, Luis Francisco Cabezas, asegura que, en una encuesta hecha a adultos
mayores, el 75% de las personas revelaron que su vida depende de otro para
sobrevivir.
Trabajadores de la emblemática empresa
Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), que
cuentan con un fondo de pensiones particular, denunciaron en una protesta que
el estado adeuda más de 7.000 millones de dólares a sus jubilados. Una de las
afectadas, Morelia Orozco, contó al medio venezolano Efecto Cocuyo que, a sus
77 años y luego de una carrera profesional, debe vender “tequeños” (palillos de
trigo relleno de queso) para poder tener algún ingreso que le permita comprar
comida.
Mientras la ayuda internacional que ha
llegado a Venezuela se enfoca en niños, mujeres y otros sectores vulnerables,
son salvadas las acciones dirigidas a los adultos mayores. En jornadas de
protesta recientes, grupos organizados han reclamado al Estado venezolano que
homologa las pensiones. Los programas de atención social no son suficientes
para dar respuesta a esta población de unos cinco millones de personas.
Esta crisis económica, mezclada con la
migración venezolana, ha cambiado la dinámica familiar. De hecho, en la
experiencia como reportera en la zona fronteriza de Estados Unidos y México,
observó ancianos que acompañan a sus nietos o hijos en su ingreso al país por
pasos no habilitados. Algunos me han dicho que van hacia el norte a llevar a
sus nietos. Otros, son llevados por sus hijos, asumiendo siempre un gran
riesgo. Las necesidades de reunificación familiar muestran lo complicado que es
para un migrante velar por sus padres en Venezuela.
La situación de Venezuela no es coyuntural.
Tenemos una población vulnerable en la que incluso se han invertido roles
(jóvenes que deben mantener económicamente a sus padres y hermanos) y millones
de vidas trastocadas por falta de políticas públicas que les permitan tener una
existencia medianamente manejable. Mientras, la vida de muchos se pierde y la
de otros se consumen, los grupos que reclaman por los derechos de las personas
mayores piden que “cese el exterminio”. Una exigencia que parece
importarle solo a unos pocos.
En el noticiero digital “maduradas.com”, de fecha 18 de enero de 2023, se publicó un
artículo titulado: “Los abuelos se están
muriendo de hambre y solos”: Manifestante denunció “genocidio”
contra adultos mayores venezolanos.
(+Vídeo).
La jornada de este miércoles 18 de enero
continuaron las protestas en distintos puntos de Venezuela, en las que cientos
de ciudadanos en su mayoría trabajadores públicos y adultos mayores, exigen al
régimen de Nicolás Maduro el aumento del salario.
En Caracas, un hombre reclamó por los altos costos de varios productos
alimenticios, los cuales son imposibles de pagar para una persona que dependa
de un salario mínimo.
«¿Cómo
hace un jubilado que está solo en su casa? Porque lamentablemente en este
país los hijos y los nietos tuvieron que irse a buscar dinero o a buscar
solucionar su problema económico en otro país, es lamentable lo que está pasado
y lo que aquí quieren ocultar», dijo dirigiéndose a las cámaras de medios
locales.
Actualmente, el salario mínimo en Venezuela
se encuentra fijado en Bs. 130, que equivalen a 6,50 dólares según el tipo de
cambio del Banco Central de Venezuela (BCV).
«Hay un genocidio de todos nuestros viejitos porque no
tienen como mantenerse. Hay viejitos que
se están suicidando, esa es una estadística que está oculta y no se quiere
decir», añadió el manifestante.
«Los viejitos se están muriendo solos en sus
casas sin medicina, sin comida, sin compañía y lamentablemente tenemos un gobierno sordo que lo único que dice
por televisión es que no tiene cómo aumentarle la pensión a un jubilado»,
recalcó.
Nota al margen: *Según el Banco Mundial la Línea de Pobreza Extrema
$64,5 mensual (Diario $2,15). Fuente: Jesús
Casique @jesuscasique1.
Tipo de Cambio Bs/US$31,85 (19/08/2023)
Salario mensual $4,08
Diario $0,13
*Salario de Miseria y Hambre.
Pensionados y Jubilados, descapitalizados.
¡Una
migaja final…!
En el diario digital “Reportero24”, con fecha 19 de enero de 2023, fue publicado un
artículo cuyo título es el siguiente: IBÉYISE
PACHECO: Las entrañas de los pobres
retan a Maduro.
Humildes trabajadores de la educación y la
salud, de jubilados y pensionados, y de desempleados, tomaron las calles el
pasado lunes en 28 protestas simultáneas en todos los estados del país… “Hacía mucho tiempo que esto no sucedió en
Venezuela…”.
Y algo más. Salieron a la calle los
ciudadanos más desasistidos, los ignorados, los sometidos bajo el yugo de la
pobreza. Pareciera estarse iniciando una etapa distinta de oposición al régimen
que nace de las vísceras que rugen por hambre, que reta a Nicolás Maduro que no
puede ocultar su opulencia por corrupción, y al que le puede fallar su millonaria
apuesta de censura y de control de redes sociales porque quienes exigen equidad
y justicia no tienen recursos ni para un teléfono celular.
La convocatoria no parte de la política, nace
de la necesidad. En las concentraciones en las principales ciudades del país no
se vieron banderas de partidos políticos. No cabían. Explotó un nuevo liderazgo
entrañable, transparente, contundente, honesto que grita con el corazón.
No existe montaje o mentira del régimen que
roce a la profesora Elsa Castillo, una mujer que desborda valentía y decencia.
“Hace rato el miedo se cambió de
acera. Se encuentra del lado de los opresores, de los que violan la
ley”. La docente apunta contra la cobarde convocatoria de violencia de parte
del régimen, a las agresiones a través de redes sociales, a las acciones
intimidatorias de colectivos armados, a secuestros, despidos, todos ejecutados
por órdenes de la dictadura.
A la letanía de “Venezuela se arregló” se le está agotando la batería. Ese relato
eventualmente comprado por cierta clase de medios no oculta el hambre de la
mayoría del pueblo venezolano. La voz de ciudadanos desesperados se hace
implacable: “mi medicina cuesta 140 dólares, tengo dos años sin comer pollo y
tres sin carne de res. No tengo zapatos. Maduro, tú y tu cúpula, tu cuerda de
sátrapas que andan en Ferraris nos están matando de hambre”.
El lunes pasado en los alrededores de
Miraflores, el miedo se expresó. El centro de la capital fue tomado con
funcionarios de PoliCaracas y efectivos militares de la GNB y la PNB. Como en
otros tiempos, los accesos a la ciudad fueron trancados, montaron tarimas en
varios sectores para simular actos paralelos de trabajadores (autobuses en los
barrios ofrecieron 20 dólares a quien asistiera con una franela roja a las
concentraciones a favor del régimen) y soltaron a los motorizados.
“Previamente, colectivos armados rodearon los puntos de las concentraciones
cumpliendo su rol dentro del guion que ha mantenido a los ciudadanos en sus
casas ante el miedo de ser agredidos, apresados, torturados, asesinados…”.
Por los momentos, de manera cotidiana los
docentes son conminados a encerrarse en las escuelas donde laboran y varios
fueron despedidos. Algunos han sido retenidos temporalmente en prisión.
Las
amenazas
han sido públicas, como la de un grupo en el estado Aragua, violenta desde hace
una década y que opera bajo el subsidio de las autoridades de la gobernación de
Aragua y de la alcaldía del municipio Bolívar cuyo jefe es un pistolero
identificado como Dionisio Salinas de OMDER,
Organización de Motorizados Dependientes del Ejecutivo Regional.
“Y si fuego es lo que arde en los ojos de los
jóvenes, luz es lo que vemos en los ojos del anciano” (Víctor Hugo).
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