¡Memorias de una “Comuna” en decadencia! (7)
¡Movimiento sindical perseguido por reclamar!
(3)
¡Sindicalistas son castigados por pedir
una mejor calidad de vida!
¡Te contaré una
historia (69)!
Cómo vamos a creer en la justicia, como vamos
a creer en la verdad, si trabajadores sociales han sido castigados simplemente
por pedir una mejor calidad de vida. Estos luchadores sociales han sido
condenados injustamente por un juez que solo quiere complacer a la tiranía en
sus peticiones. Luchaban por lo que consideran un irrespeto a sus derechos y
reivindicaciones que se hiciera un pago fraccionado de los beneficios laborales
sin tomar en cuenta un reciente aumento salarial.
Los socialistas en Venezuela quieren “pensamiento único”, por qué van
apresuradamente empujando a las comunidades hacia la construcción de la “Comuna”, esto quiere decir nos están
imponiendo el comunismo. El presidente
“obrero”
lo sabe muy bien, él fue entrenado desde joven en Cuba, y para ellos “El
comunismo es el paraíso y la comuna popular es la escalera que nos llevará a
él”. Por qué no hay aumento salarial en Venezuela, sino que nos están
imponiendo la modalidad de bonos, sabes por qué: Comunismo: es decir, que en vez de dar “a cada quién según su
trabajo”, se habla de “a cada cual según sus necesidades”. Y, por eso nos están
matando de hambre, y él que protesta va preso, la justicia se presta para estas
marramucias.
Emmanuel
Rincón
@EmmaRincon en la red social X:
Libertario @QuotesforGoal en la
red social X: “El capitalismo es el
mayor destructor de pobreza en la historia, y el socialismo su mayor creador, y
ambos están en disputa” (Gary
Kasparov).
6 ago. 2023.
Emmanuel
Rincón
@EmmaRincon en la red social X:
Creer o no creer, estos personajes que con su
actuación hacen que la ley sea un papel sin sentido, lógicamente esto no es
gratis. El poder judicial es corrupto y permite la impunidad, la ley no vale
nada para estos personajes. Pero analicemos lo que nos quiere decir el Fiscal
General del Ministerio Público.
En el diario digital RDNRedDigitalNoticias, con fecha 11 de agosto de 2023, fue
publicado un artículo cuyo texto es el siguiente: “MP
rechaza postura de relatores de la ONU
sobre leyes antiterroristas en Venezuela”.
El ente dejó clara su postura a través de un
comunicado firmado por el fiscal general de la República, Tarek William Saab.
En el texto se hace referencia a las recientes declaraciones emitidas por los
expertos del organismo multilateral: Fionnuala Ní Aoláin y Clément Nyaletsossi
Voule.
Ambos funcionarios rechazaron la condena de
seis ciudadanos que pertenecían a una organización subversiva. En este sentido,
afirmaron que se trataban de unos “sindicalistas”
que presuntamente defendían los derechos de los trabajadores. Asimismo, dijeron
estar “preocupados” por la situación.
Tras ello el MP se pronunció y rechazó esa
postura de los relatores de la ONU
respecto a la aplicación de leyes antiterroristas en Venezuela. Sobre este
punto, desmintió que los condenados sean presuntos “dirigentes sindicales”.
“Como fue informado oportunamente a la
opinión pública, estos seis hombres pertenecían a una organización subversiva y
conspirativa denominada Unidad de Resistencia Popular. Este grupo había
planificado varias acciones en contra del Gobierno nacional, entre ellas,
asaltar un conscripto de alistamiento militar de San Jacinto en Mérida, con el
objetivo de apoderarse del parque de armas albergado en ese recinto”, se lee.
Igualmente, en el comunicado, el MP
ratificó la condena de: Alcides Bracho, Emilio Negrin, Gabriel Blanco, Reynaldo
Cortés, Alonso Meléndez y Néstor Astudillo. Todos fueron condenados por el
Juzgado 2º de Primera Instancia en Función de Juicio con Competencia en Casos
Vinculados con Delitos Asociados al Terrorismo, Corrupción y Delincuencia
Organizada con Jurisdicción a Nivel Nacional. A los seis ciudadanos se le
imputaron los delitos de conspiración y asociación para delinquir, por lo cual
recibieron una pena de 16 años de prisión.
En el portal Web del Programa Venezolano de
Educación Acción en Derechos Humanos (PROVEA),
con fecha 14 de agosto de 2023, salió publicado un artículo escrito por Rafael Venegas, profesor universitario,
dirigente político, Secretario General de Vanguardia Popular, cuyo texto es el
siguiente: “Crónica de una sentencia
anunciada”.
Hay presos que vuelan más lejos que sus
carceleros, más alto y livianos porque tienen la conciencia limpia y el morral
repleto de sueños libertarios y justicieros. Hay presos tan libres que pueden
alcanzar con su abrazo ese vértice mágico en el cual se funden, en promiscuidad
virtuosa, armónica, la tierra, el mar y el cielo. Allí, en ese punto
equinoccial, se enlazan en una longitud de onda que reúne la grandeza de
espíritu; la solidez de valores y principios; el indeclinable compromiso de
lucha contra la pobreza, el hambre y las iniquidades; la alegría y la vida
rebelados contra la perversión cobarde del Poder.
Sus carceleros, en cambio, arrastran los pies
por el peso de los grillos de la perfidia, doblan la espalda por la carga del
agravio alevosamente cometido, agachan la cabeza atada a las cadenas de la
ignominia que les impide sostenerla erguida. Otros verán interrumpido su sueño
por el tronar del suplicio de los torturados, sus torturados; ya no podrán,
entonces, vencer el insomnio de la culpa y se refugiarán en los sicotrópicos y
el alcohol. Algunos, incluso, huyendo de su retrato de Dorian Grey,
aterrorizados por las muecas crecientes de sevicia reflejadas en su rostro,
atormentados por el envejecimiento del alma consumida en la vileza, sucumbirán
cual Narciso al espejo de la laguna donde se ahoga su orfandad de escrúpulo.
Cuenta una leyenda que al leer la sentencia
no levantó nunca la cabeza, en ningún momento vio al rostro de sus víctimas
mientras las palabras se le resquebrajaban en el temblor de sus fauces. Tuvo miedo
de confrontar su mirada con la de los abogados que, unos minutos antes, habían
desarmado por anticipado la endeblez de argumentos rebuscados para condenarlos
per se, porque esa era la orden y había que cumplirla. Tampoco se atrevió a
recorrer con sus ojos la sala por el temor de toparse con las madres, las
esposas o los hijos de sus reos de conciencia. Estos, por su lado,
impertérritos y pundonorosos, observaron sus manos trémulas sosteniendo el
dictado.
Casi de inmediato, sin embargo, las almas
libres volaron en alas de la solidaridad, ligeras y en paz salieron a despertar
del letargo a los desprevenidos y de la fantasía a los engañados. Salieron a
insuflar ánimo a quienes, como ellos, ocupan las trincheras del sindicato y la
calle para instigar el delito de exigir salario digno, pensiones y jubilaciones
decentes, contratación colectiva, libertad sindical. Salieron a descorrer el
velo de la impudicia para que paguen su culpa los traidores, como reza una
vieja canción de Silvio Rodríguez.
Como pocas veces, la repulsa generalizada al
dictamen reunió los más variados matices de la sociedad. Se entonó un coro de
voces afinadas multiplicando el rechazo a la condena: el calificativo más tenue
la definió como aberrante. Se extendió un eco ensordecedor demandando justicia.
Como una bola de nieve, con el correr de las horas y los días el repudio se
hizo consenso nacional, se instaló en los hogares, en los gremios, en los
centros de trabajo y estudio, en el aire que se respiraba en el transporte
público. Y como ya no quedó rincón de la patria donde no resonara el estribillo
exigiendo libertad, el reclamo atravesó las fronteras y se hizo internacional.
Habían sido vencidos los barrotes porque, como cantó Alí Primera: “siempre
volará la idea, aunque se pudran los huesos”.
Del lado de los carceleros hubo inquietud,
nerviosismo. Se precipitaron a convocar ruedas de prensa para leer
declaraciones de manual, artificiosas, vacuas, aunque resultaran ampulosas,
enrevesadas. Declaraciones sacadas del mismo laboratorio donde fue redactada la
sentencia: la misma sintaxis engañosa, la misma semántica de la arbitrariedad y
el autoritarismo. Así no recitan los poetas porque la poesía es síntesis, es
esencia y es una angustia existencial por expresar lo inefable, lo que solo
puede expresarse a través de metáforas, alegorías y símbolos. La poesía no se aviene con la mentira
convertida en política de Estado ni se presta a ser cómplice del terror como
método para imponer la sumisión y el silencio.
Hubo también celebración, es cierto: champagne,
whisky de 24 años –obviamente importados del imperio– y un banquete
pantagluérico, dicho así para invocar una ausencia presente que perturba
memorias. Celebraron su efímera victoria, su victoria pírrica trocada en
vergonzosa derrota. Pero las manos, manchadas y torpes, al brindar partieron
las copas y se derramó el licor. ¿Qué verdugo puede vivir tranquilo con este
canto atronador reventando los tímpanos de su cinismo, de su sordidez?
Nota al margen: *Según el Banco Mundial la Línea de Pobreza Extrema
$64,5 mensual (Diario $2,15). Fuente: Jesús
Casique @jesuscasique1.
Tipo de Cambio Bs/US$33,99 (23/09/2023)
Salario mensual $3,82
Diario $0,12
*Salario de Miseria y Hambre.
Pensionados y Jubilados, descapitalizados.
¡Ojo, te puede interesar esto…!
Una familia de cinco personas en Venezuela
necesita 126 salarios mínimos mensuales para costear la cesta alimentaria, cuyo
costo fue de 491 dólares en agosto, según estimaciones del Centro de
Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), difundidas este jueves.
El ente independiente explicó que, el mes
pasado, cuando el salario mínimo -130 bolívares- equivalía a 3,98 dólares, una
familia requirió 7,86 salarios más que en el mes de julio para adquirir una
canasta calculada con precios de 60 productos básicos.
¡Una
migaja final…!
¡Venezuela: el fracaso del Estado Comunal!
En la entrada anterior la Nº 75, hablamos de
¡El fracaso del Estado Comunal!, interesante artículo escrito por Miguel
González Marregol, docente universitario (UCAB). Hoy voy a compartir un
extracto del artículo escrito por Trino
Márquez, columnista destacado del diario digital PANAM POST, de fecha 11 de noviembre de 2013.
¡El Estado Comunal hoy!
La comuna es “un espacio socialista definido
por la integración de comunidades vecinas (…) que se reconocen en el territorio
que ocupan y en las actividades que les sirven de sustento” (LOC, Art. 6).
Cerca de Caracas, por ejemplo, desapareció
recientemente la única comuna que se había creado. Se trata de la comuna Gual y
España, pionera del Estado Comunal, constituida por Hugo Chávez en 2008 como
ejemplo de lo que sería el nuevo Estado. En sus inicios estaba poblada por 118
habitantes, conformada por siete Unidades Productivas (UP) y dotada de 73
hectáreas en las que se producirían distintos bienes. Hoy apenas quedan 13
personas, la mayor parte de las hectáreas no se han cultivado, ni trabajado, y
únicamente una sola UP funciona, y a medias. Este proyecto de ingeniería social
encalló como ocurre con todas las utopías voluntaristas y autoritarias que
tratan imponer a la fuerza planes que rompen el orden espontáneo del que hablan
Adam Smith, Mises y Hayek.
Lo ocurrido en la Gual y España se repite en
todo el país. En la actualidad, el proyecto chavista no es más que una ficción
convertida en capricho. Nicolás Maduro realiza notables esfuerzos por mantener
en movimiento el proyecto que le entregó su mentor ideológico y padre político.
Pero la realidad es muy terca, y al heredero no le ha sido posible cautivar a
sus seguidores para que funden comunas y las mantengan. Sus propios partidarios
piensan que representa un delirio.
El hecho de que las comunas sean una quimera
no hace menos letal la proposición. Lo más grave de esta ilusión es que ha
debilitado a las gobernaciones y las alcaldías, especialmente a las que son
gobernadas por miembros de la oposición. También la participación popular ha
sufrido. Esta no se despliega sino en el marco de una descentralización que
funcione con las instituciones que la integran y sostienen. Al debilitarse esas
instituciones, también se erosiona la participación.
Agreguemos el Estado Comunal al expediente de
fracasos del régimen.
¡Una
frase y algo más…!
“Lo fascinante de las prisiones es que, por
una vez, el poder no se oculta ni enmascara, se muestra como tiranía en los más
mínimos detalles” (Michel
Foucault).
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