¡10 de enero rumbo a la Venezuela que queremos! ¡Versión 2025! (17)

 

¡Qué bonito es soñar como yo sueño, con mi patria
feliz en libertad! (17)
¡No hay nada más difícil que vivir sin libertad y democracia!
¡Desiderata de un Rebelde Soñador!
¿Quién ha hecho miserable MI JUBILACIÓN?
¡Pensionados y jubilados están siendo exterminados!
¡Entregué lo mejor de mi vida al Estado venezolano!
¡El chavismo y el colapso del Sistema Educativo!
¡Te contaré una historia (100)!

 

¡Crónica de un Sueño deLibertad y VidaVI! Javier Milei: “No tengan miedo, den la batalla contra el zurderío, que se la vamos a ganar, somos superiores productivamente, somos superiores moralmente; esto no es para tibios, ¡viva la libertad carajo!”. BID: “Los sistemas de pensiones son un elemento central del estado del bienestar. Estos son contratos sociales que tienen como principal objetivo proporcionar un consumo digno a los adultos mayores en aquellos años donde generar ingreso es más difícil”. ¡La tragedia del profesor universitario jubilado! ¡Profesores universitarios jubilados en Venezuela, condenados a rebuscarse para no morir de hambre (Testimonios)! Crisis en Venezuela: “profesores universitarios volvieron a movilizarse contra el régimen de Maduro por la precariedad de los salarios”. ¡“Centrar el focoen el 10 de enero!  ¡Mientras no haya salario digno, no puede haber una Navidad digna! ¡El pueblo votó, Maduro te vas! ¡Viajar a través de un sueño de Libertad y Democracia”! (17)
¡Hola que tal, bienvenidos! Bienvenidos en mí Laberinto, gracias por estar allí. Voy a iniciar esta página con la lectura de un extracto de una publicación del Banco Interamericano de Desarrollo, publicado en noviembre de 2018, sobre “PRESENTE Y FUTURO DE LAS PENSIONES EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE”.
Los sistemas de pensiones son un elemento central del estado del bienestar. Estos son contratos sociales que tienen como principal objetivo proporcionar un consumo digno a los adultos mayores en aquellos años donde generar ingreso es más difícil. El diseño de estos contratos sociales es crucial al menos por tres motivos. Primero, las implicaciones para el bienestar del ciudadano son de una magnitud extraordinaria. Para una persona, obtener o no una pensión puede significar tremendas diferencias de bienestar en la última etapa de su vida. Segundo, desde el punto de vista de la sociedad, el sistema pensional redistribuye una gran cantidad de recursos entre individuos de una misma cohorte y entre generaciones. Tercero, el gasto asociado a pensiones afecta directamente la estabilidad fiscal y macroeconómica de los países. Sin embargo, a pesar de su importancia, las características y consecuencias de los distintos diseños de sistema de pensiones para los ciudadanos y Estados son ampliamente desconocidas en América Latina y el Caribe, una región donde sólo el 52,8% de los trabajadores cotiza a pensiones en un momento dado (SIMS, 2015) y se empiezan a ver importantes problemas de sostenibilidad financiera en algunos países y de adecuación (o nivel de pensión) en otros.
¡Primicia en pleno desarrollo, el cambio es un hecho! ¡10 de enero!
¡La tragedia del profesor universitario jubilado!
Por Rodrigo Rivera Morales.
En mis andanzas académicas por Suramérica y Centroamérica he tenido contacto con muchos profesionales venezolanos, especialmente, con profesores universitarios de UCV, ULA, LUZ, UNET; Unellez. La mayoría jubilados y con edades superiores a los 65 años. Algunos empleados en el sector universitario del país de su residencia actual, por lo general, contratados por horas o en cursos de posgrado, se complementan con clases privadas, otros,  en ocupaciones diversas, por ejemplo, un ingeniero agrónomo de taxista en Bucaramanga, un farmacéutico de vendedor en una farmacia, en Bogotá encontré dos colegas abogados de taxistas, en Ciudad de México quien me prestó asistencia el aeropuerto llevando la silla de ruedas, lo reconocí, por ser de mi pueblo y sabía que era profesor de LUZ, en ingeniería química, le inquirí ¿Pero qué haces en este trabajo? Dijo: “Me cansé de presentar curriculum, por mi edad no me aceptaban. Salí del país porque la jubilación no me alcanzaba para vivir, mi esposa enfermó, tenía que hacer algo. Me ofrecieron un contrato en industria petrolera en la zona Del Carmen, muchos venezolanos allí, trabajé casi 3 años, se cambió la administración y reorganizaron, por mi edad resolvieron el contrato, me indemnizaron y no he encontrado nada más”.
Esta tragedia de ser jubilado la he vivido en carne propia. Cuando me jubilé, tenía la categoría de titular, el máximo de la categoría, en ese momento mi pensión era equivalente a casi 1.100, en todo caso, el poder adquisitivo del bolívar era fuerte. Quiero destacar que, en los años de la democracia, en general, los sueldos de los educadores permitían una vida de calidad. Con el sueldo de profesor universitario y apoyo de la caja de ahorros, adquirí una vivienda cómoda en una urbanización clase media alta, adquirí carro, más tarde, para mi esposa. El ejercicio profesional daba para tener ahorros y realizar pequeñas inversiones. Los contratos colectivos se discutían cada 3 años, obviamente, se hacía presión, pero en los cánones democráticos. En este nefasto régimen no ha sido posible discutir ningún contrato colectivo, los sueldos y pensiones se han convertido en sal y agua, esto ha ocasionado que muchos profesores hayan abandonado la docencia, unos han salido del país, otros en nuevas formas de trabajo. Los jubilados, viviendo sus últimos años en la miseria, otros en su vejez trabajando para sobrevivir.  Los ahorros en las cajas de ahorros de muchos años se esfumaron, ahogando la seguridad de tener algo en caso de urgencia.
Reflexionando sobre esta catastrófica situación de los jubilados me hace pensar que el nefasto régimen de la pandilla cívico-militar gobernante aplica principios de la economía de descarte. Esto es lo que no produce a eliminarlo, a la basura. En la práctica vemos con las pensiones infames y la ausencia de una auténtica asistencia de salud, no tenemos duda que busca nuestra eliminación y evitarse gastos, aunque ínfimos, de pensión y de salud. Es una política criminal del régimen.
Ahora bien, surge la pregunta ¿por qué ese ensañamiento y descuido con la educación? La respuesta es sencilla. Podemos contestarlo con una frase de Francisco de Miranda: “La tiranía no puede reinar sino sobre la ignorancia de los pueblos”. El perverso régimen tomó al dedo lo que enseñó Bolívar: “Los pueblos ignorantes es instrumento ciego de su propia destrucción”, claro, en vez de educar, se dedicaron a destruir la educación y formar un pueblo de ignorantes. Desde el inicio, bajo la consigna que la educación era burguesa se empeñaron destruir el sistema educativo y construir una educación “revolucionaria” que no ha sido nada más que sumir al país en el atraso educativo y de conocimientos. Con mayor ahínco han acosado al sistema universitario, porque este ha reaccionado frente a las falsedades e improvisaciones de la pandilla gobernante, que, además, por su universalidad no puede aceptar el pensamiento único.
Esa política de sueldos y pensiones de hambre persigue que auténticos educadores abandonen el sistema educativo, para reemplazarlos, por los llamados jóvenes trabajadores que son improvisados, sin formación pedagógica, con baja o escasa cultura. Por mera curiosidad, en el Liceo Ramón Velásquez, presencié a uno de estos jóvenes dando clase, era patético, “lenguaje precario, sistema explicativo y lógico infame”, cuando usaba la pizarra cometía barbaridades, por ejemplo, “abia”, “haigan”, “travajo”, a cada momento expresaba que los problemas eran del bloqueo y que pronto brillaría la economía de la patria.
No hay que ser un iluminado ni un gran analista, para inferir que el permanente atropello a la educación en general, con bajos sueldos, condiciones educativas ínfimas, cero inversiones en investigación, imposición de pensamiento único, persecución a los disidentes, es una política programada por la pandilla cívico-militar para generar ignorancia en el País, impedir la formación de opinión pública crítica y en estas condiciones perpetuarse en el poder.
Rodrigo Rivera Morales es doctor en Derecho. Miembro fundador del capítulo España. Bloque Constitucional.
Fuente: EN EL NACIONAL, octubre 22, 2024.
¡Cambia! ¡Disfruta del cambio!
¡Profesores universitarios jubilados en Venezuela, condenados a rebuscarse para no morir de hambre (Testimonios)!
La emergencia humanitaria compleja, el éxodo forzado de millones de venezolanos, la galopante hiperinflación y las consecuencias de la pandemia por el Covid-19, han hundido en la miseria a una buena parte de los profesores universitarios jubilados.
De acuerdo con los datos manejados por el Observatorio de Universidades, el salario promedio de un profesor oscila entre 9 y 11 dólares, el más bajo de Latinoamérica y el Caribe. Para poner en perspectiva esta dura realidad, en Haití –que es uno de los países más pobres de la región– un docente de educación superior gana 650 dólares.
Una encuesta realizada en 2021 por esta misma ONG sobre las condiciones de vida de la población universitaria (Enobu 2021), arrojó unos resultados preocupantes: el 35% de los profesores universitarios de 60 años o más, “, y otro 35% no recibe ningún ingreso extra respecto de su salario del Ministerio de Educación Universitaria”.
Tristeza, indignación, humillación, angustia, depresión, dolor, miseria, hambre, resiliencia, supervivencia; son algunas de las palabras que delinean los desgarradores testimonios de profesores jubilados de varias universidades del interior del país.
Aunque las estadísticas dan un diagnóstico de la gravedad del problema, conocer de cerca lo que viven estos profesionales que dieron sus mejores años en la formación de miles de jóvenes, nos proporciona la dimensión humana de esta tragedia. ¿Venezuela se arregló? Veamos.
Nunca imaginé que íbamos a estar en esta situación de mendicidad
De lunes a viernes Jackeline Vicoz llegaba a las aulas de clase de la Universidad de Carabobo (UC), donde se desempeñó como profesora en la Facultad de Ciencias de la Educación. Su pasión por transmitir conocimientos no podía esperar, así que era la primera en llegar y la última en irse. Con tiza y borrador en mano, se instalaba en su escritorio a esperar que llegaran sus alumnos. Su rutina no varió en dos décadas de docencia. Sin embargo, hace cinco años la situación económica se volvió asfixiante y decidió jubilarse.
Vicoz, quien es licenciada en Educación, mención Ciencias Sociales, magister en Investigación y doctora en Educación de la Universidad de Carabobo, comenzó a notar en 2017 que el salario que devengaba no le alcanzaba ni siquiera para comprar su tratamiento de hipertensión cardíaca y trombosis profunda venosa, mucho menos para cubrir los gastos de mantenimiento de su vehículo. “¿Qué estoy haciendo aquí?”, fue la pregunta que se hizo durante varios días hasta que decidió retirarse de los salones de clase.
El próximo paso fue comenzar a consignar su hoja de vida en diferentes empresas, con la esperanza de conseguir un empleo que le generara mayores ingresos económicos. Fue así como desde hace más de un año se dedica al sector comercial.
Relató que al principio el impacto emocional fue grande, porque nunca se imaginó que luego de tantos años de formación académica tendría que dejar a un lado su vocación de enseñar y desempeñarse en otra área.
“En mi caso tengo que hacer otros tipos de trabajo, salir a trabajar a pesar de nuestras condiciones médicas. Los profesores jubilados tenemos que salir a trabajar porque si no, nos morimos de hambre, de mendicidad (…) ¿Uno se preparó para terminar en esto? ¿Para terminar dependiendo de familiares? No. Yo me preparé para tener una jubilación y una tranquilidad económica que me permitiera, al menos, cubrir mis gastos básicos del día a día”, expresó la profesora de 55 años de edad.
Manifestó sentirse humillada, porque el salario que devenga como profesora jubilada de la UC no supera los 10 dólares al mes. “Nunca pensamos que íbamos a estar en esta situación de mendicidad, que tenemos que depender de otros familiares, porque no tenemos para comer. Es triste esta situación, muy deprimente. El Gobierno no ha entendido que nuestras casas de estudios son sagradas”, dijo.
A mí me dolió ver que mi hijo no pudiera culminar sus estudios”.
Por 42 años ejerció la educación en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador núcleo Maturín y jamás pensó que en sus años de jubilación tendría que dedicarse a otro oficio para poder sobrevivir. El profesor Ezequiel Zurita se gana la vida cantando y animando en fiestas de vecinos y amigos que viven en otras zonas.
Desde hace dos años decidió sacarle provecho a su talento en la animación y el canto, ya que el sueldo que devenga como jubilado es insuficiente para mantenerse. Su salario sumado al bono que otorga el régimen, no llega ni a 150 bolívares mensuales, a pesar de tener el cargo de profesor titular, el más alto de la tabla del personal docente.
Los jubilados no tenemos ninguna ayuda del gobierno. Había una unidad de atención para los jubilados, pero por la misma situación actual del país, eso desapareció. En la subdirección de extensión había una Asociación de Profesores Jubilados y no se sabe qué pasó con eso”, narró el profesor Zurita.
A sus 66 años, el profesional de la enseñanza es paciente diabético, pero desde hace mucho tiempo no ha podido tomar sus medicamentos, pues afirma que el dinero que percibe solo alcanza para comer. Ante este panorama, opta por caminar todos los días varias cuadras en su urbanismo para mejorar su calidad de vida.
Pero no solo es la diabetes, sino la soriasis lo que padece Zurita. Sin embargo, afirma que las cremas para el tratamiento son muy costosas y el seguro médico que tenían, ya no existe. Es por ello que la opción que le queda es ir al hospital o al Centro de Diagnóstico Integral que está cerca de su casa.
“Tenía un hijo estudiando Ingeniería Industrial en la Universidad Santiago Mariño, pero no pudimos seguir costeando y por ello tuvo que abandonar a mitad de carrera. A mí me dolió ver que no pudiera culminar sus estudios, pero cómo hacíamos si el dinero no alcanzaba. Después de eso, se dedicó a trabajar y con lo que gana nos ayuda a mí y a mi señora esposa que también es profesora jubilada, y entre toda gran parte del dinero se va en comida”, contó el profesor universitario.
En su casa tiene su carro parado desde hace bastante tiempo debido a que le es imposible poder repararlo, y aunque ha hecho el intento de venderlo, asegura que quienes han querido comprarlo, le han ofrecido un monto ínfimo.
Así como el caso de este profesor hay muchos, afirma el presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Pedagógica Experimental (Aproupel), Hernán Azócar, quien precisó que, en la actualidad, esta casa de estudios cuenta con 220 profesores jubilados. El dirigente gremial resalta que más del 50% debe dedicarse a otros oficios para poder subsistir a la crisis.
Un profesor titular de LUZ ganaba 2.500 dólares”.
En la región zuliana se encuentra la segunda universidad más grande del país: la Universidad del Zulia (LUZ). Docentes de la facultad de Ciencias Económicas, especializados en estadísticas, aseguran que 90% de los profesores jubilados de LUZ están en situación crítica.
Un profesor jubilado titular con 17 años de antigüedad y al menos cuatros trabajos de ascenso, una maestría y un doctorado (algunos realizados en el extranjero), percibe un sueldo unos 12 dólares al mes. Lamentablemente, los profesores universitarios no escapan de la crisis humanitaria que se vive Venezuela.
Se conoció el caso de un profesor de la Facultad de Ingeniería que murió en la indigencia en el año 2021. Los últimos días de la vida de este docente que fue una eminencia, los pasó en las aceras de la avenida Cecilio Acosta de Maracaibo. Comía por la caridad de unas monjas que preparan almuerzos diarios para unas 100 personas en condiciones de precariedad. Hay otros profesionales de la educación que acuden a las iglesias para poder alimentarse, y lo hacen a escondidas para no ser identificados, en muchos casos por vergüenza.
El profesor Edinson Morales, jubilado en 2008 de la Facultad de Economía, expresó con melancolía las paupérrimas condiciones que observa en algunos colegas. “Los profesores de LUZ éramos reconocidos por la calidad en la enseñanza, por nuestra apariencia, siempre impecables al vestir. Recientemente vi a una amiga profesora y socióloga. La tristeza nos invadió a ambos, porque no queda ni la sombra de la mujer bella, arreglada y bien vestida que era”.
Morales comentó que la socióloga recibe de sus hijos en el extranjero 60 dólares al mes para cubrir los gastos en medicinas, y que también ella trabaja como delivery en una bicicleta para completar para la comida.
Para el profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de LUZ, José Villa, el punto de inicio de la actual situación de los profesores jubilados en el país, se ubica en el año 2013. Culpa al régimen chavista de esta debacle.
Al desconocerse las normas de homologación en 2013, se crearon sindicatos paralelos que avalaban los aumentos fuera de la ley. “Sentenciaron a los docentes a vivir años de penumbra, hambruna y mengua”, lamentó Villa. Otra de las causas, a juicio del catedrático, fue la eliminación de los beneficios contractuales y “el secuestro de las nóminas por parte del régimen”.
Se están muriendo sin atención, sin medicinas y olvidados en un hospital”.
La pandemia por el Covid-19 ha sido la época más dura para los jubilados de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (Unefm), en el estado Falcón, porque debieron encerrarse por ser más vulnerables al virus, con el añadido de que no cuentan con un seguro médico para cubrir cualquier eventualidad de salud.
El profesor Williams Díaz es el vicepresidente de la Junta Directiva del Consejo de Profesores Jubilados de la Unefm, y resaltó que la pandemia ha sido un duro golpe para este gremio por los bajos salarios. Además, los beneficios de una póliza de salud quedaron el olvido. “Actualmente no contamos con un seguro hospitalario ni de funeraria. Nuestros trabajadores que entregaron no menos de 20 años de servicio, se están muriendo sin atención, sin medicinas y olvidados en un hospital”, dijo. Refirió que durante la pandemia han muerto 10 docentes por enfermedades relacionadas con el Covid-19.
Unas 400 personas son las que forman parte de la lista de jubilados de la Unefm, los mismos que han tenido que emprender nuevos proyectos para enfrentar la crisis económica, ya que lo que cobran mensualmente no llega a 20 dólares.
Esta lamentable situación los ha obligado a buscar otras fuentes de ingresos, aparte de su sueldo como jubilado, aunque a muchos su deteriorada salud los limita. El dinero apenas alcanza para cubrir los gastos básicos de alimentación y medicinas. “Hay quienes dependen de sus hijos, otros se han dedicado a la docencia o asesorías en sus materias, pero también están aquellos que, por su edad y sus condiciones de salud, no pueden trabajar, y eso es lo que los tiene aún más deteriorados”, lamentó Díaz.
Nancy Yánez, quien actualmente tiene 79 años, fue parte de la primera promoción de profesores de la Universidad de Carabobo y la primera profesora contratada en la Unefm. Participó en la creación de la casa de estudios en el estado Falcón y reúne más de 25 años de servicio.
Pese a que se jubiló en 1997, estuvo hasta el año 2000 en la universidad para apoyar el trabajo académico. Sin embargo, reconoce que no vive de su sueldo. Sus hijos se encargan del bienestar de ella y su esposo, también un docente jubilado. Con parte de lo que recibe como remesa, ayuda a otros colegas que están en peores condiciones y no reciben apoyo.
Yo ni sé cuánto es que ganamos. Sé que hace mucho tiempo ese pago no es nada y nos tocó ofrecer asesorías en las materias, pero ahora nuestros hijos se hacen cargo de nosotros, apoyo con el que ayudamos a otros profesores que se la ven muy mal y no tienen ni qué comer”, dijo Yánez.
Restitución de los beneficios que han sido sepultados por la Plataforma Patria”.
Llegar a la vejez y tener garantizado el resto de sus años para el descanso, siempre fue el sueño de los profesores universitarios, pero la crítica situación económica y social del país hizo despertar a los jubilados de la Universidad Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora (Unellez), quienes han tenido que buscar formas de subsistencia dentro del ámbito comercial, oficios que nunca antes habían desempeñado, pero que hoy les permiten medianamente cubrir sus principales necesidades: alimentación y medicinas.
Con cuatro vicerrectorados en los estados Cojedes, Portuguesa, Apure y Barinas, la Unellez se dio a conocer por su eslogan “La universidad que siembra”, y en las últimas dos décadas comenzó a cambiar todo por un proceso de intervención. Lo que antes era motivo de orgullo, ahora da lástima como consecuencia de la desidia, y el deterioro evidente en la infraestructura de la universidad, también se siente en el bolsillo de los casi 900 profesores jubilados.
Graciela Angarita es la presidenta del Consejo de Profesores Jubilados de la Unellez (Conprojupellez), y ve con preocupación lo que padece este sector de profesionales que dedicó su vida a la formación de ingenieros agrónomos y agroindustriales, economistas agrícolas, educadores integrales, sociólogos, entre otros. Perciben un miserable salario mensual que en promedio alcanza unos 10.50 dólares.
“¿Quién puede vivir con este pago por jubilación?”, expresó Angarita. Explicó que por la edad no solamente dejaron de ser profesores titulares de la Unellez, sino que también han ido sumando patologías que requieren un tratamiento médico que no puede ser costeado con lo que ganan, viéndose obligados a realizar labores de subsistencia.
Para la presidenta de Conprojupellez, los profesores jubilados pasaron a ser la población más vulnerable de la Unellez, por lo que en este consejo que los agrupa contaban con actividades de talento y desarrollo humano, asesorías, entre otras, que fueron decayendo y la forma de rendir los ingresos mensuales se ha visto cuesta arriba en medio de una economía que no mejora, y por haber sido prácticamente olvidados por las autoridades.
El Instituto de Previsión Social del Profesor Universitario (IPP) dejó de ser el más eficiente servicio de salud para convertirse en un simple procesador de documentos. Desde 2017 no reciben los aportes que corresponden al Estado.
José Fleitas, presidente de la Asociación de Profesores de la Unellez (Apunellez), relató con dolor que ya no los atienden en ninguna clínica, lo que obliga a este gremio universitario a reinventarse. Exigen un salario justo y la restitución de los beneficios que han sido sepultados por la Plataforma Patria.
Fuente: lapatilla, Marianny Castellanos, Luz Dary Depablos, Víctor Federico González, Pableysa Ostos, Jesús Quintero, Jeferson Sánchez // Corresponsalía La Patilla, febrero 04, 2022.
¡Prepárate para cambiar rápidamente y disfrutar otra vez!
Crisis en Venezuela: “profesores universitarios volvieron a movilizarse contra el régimen de Maduro por la precariedad de los salarios”.
Trabajadores de diversos sectores exigen a la dictadura un aumento del salario mínimo, que equivale hoy a unos 3.5 dólares al mes.
La Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (APUCV) advirtió este domingo que la precariedad en las remuneraciones afecta la calidad de la educación universitaria.
“Sin buenas condiciones de trabajo es imposible atraer a los más talentosos a la carrera académica y resulta titánico conservar la planta docente”, señaló la asociación en un comunicado publicado en la red social X.
“La desalarización del profesorado impide contar con una generación docente de relevo e impulsa la diáspora de docentes Ucevistas, cuya expresión es la reducción en un más de 25 % del total de profesores activos y que el 49 % del total sean jubilados”, añadió.
Asimismo, dijo que el congelamiento de los salarios afecta también la previsión social de los profesores, ya que -añadió- los aportes para los programas y servicios, “al estar relacionados con sus salarios, se han depreciado en aproximadamente un 76,54 % en los últimos dos años”.
El salario mínimo, referencia para el resto de remuneraciones en el sector público, se mantiene en 130 bolívares al mes, hoy 3,5 dólares, un 88 % menos respecto a los 30 dólares a los que equivalía cuando fue aumentado por última vez, en marzo de 2022, como consecuencia de la devaluación de la moneda local frente a la divisa estadounidense.
Además, los trabajadores públicos perciben bonos de hasta un máximo de 130 dólares -cancelados en bolívares a la tasa oficial- que no generan beneficios ni pasivos laborales.
El pasado 5 de mayo, la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) exigió que el salario mínimo se aumente a 200 dólares por mes, como una estrategia, señaló, de “rescate del valor del trabajo”.
La confederación rechazó el pago de bonos que, a su juicio, es una estrategia usada por “los patronos en detrimento del valor del trabajo productivo, la eliminación del salario y las prestaciones sociales del trabajador”.
¡166 salarios mínimos para poder cubrir la canasta básica!
La semana pasada, el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM) informó que en Venezuela se deben ganar 166 salarios mínimos al mes para pagar la canasta básica de alimentos de una familia conformada por cinco personas, que se situó en 552,29 dólares en abril.
Según la organización, el mes pasado, una familia necesitó 11 salarios más que en marzo para adquirir una canasta alimentaria con precios de 60 productos básicos.
Para poder comprar estos alimentos, prosiguió, un hogar de cinco personas necesita 18,40 dólares diarios.
Según el informe, el sector que mayor aumento registró en abril fue el de los cereales y productos derivados, con un alza del 3,86 %, seguido de las salsas y mayonesa, café, frutas y hortalizas, raíces, tubérculos y otros, grasas y aceites.
El Cendas agregó que el costo de la canasta alimentaria bajó su precio en divisa en un 0,4 %, con respecto al precio que reportó en marzo de 554,26 dólares.
Venezuela registró una inflación acumulada del 6,3 % en el primer cuatrimestre del año, tras haber cerrado abril con un incremento promedio de precios del 2 %, según datos difundidos por el Banco Central (BCV).
El pasado mes, la inflación subió levemente respecto a marzo, cuando fue del 1,2 %, misma variación que febrero, mientras que en enero los precios aumentaron una media del 1,7 %.
El régimen de chavista prevé que Venezuela cierre 2024 con la inflación más baja en la última década, según informó el pasado marzo Nicolás Maduro, quien aseguró tener un plan para seguir desacelerando el ritmo de crecimiento de precios.
Entretanto, profesores universitarios y trabajadores de diversos sectores exigen a las autoridades un aumento del salario mínimo -referencia para el resto de remuneraciones en el sector público-, que equivale hoy a unos 3,5 dólares al mes, cuando un venezolano requiere más de 100 dólares mensuales para satisfacer necesidades básicas de alimentación, según estimaciones independientes.
Fuente: infobae, con información de EFE, mayo 26, 2024.
¡“Centrar el focoen el 10 de enero!
El 10 de enero es una fecha importante y tenemos que poner todas las fuerzas en esa dirección”, dijo Machado, en referencia al día marcado para que juramente como presidente de Venezuela el ganador de las pasadas elecciones del 28 de julio, que la oposición afirma fue Edmundo González Urrutia, a pesar de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó la victoria de Nicolás Maduro.
Machado aseguró que “Maduro está más aislado que nunca” y los venezolanos comprometidos con el cambio tienen que “avanzar, porque esto no tiene vuelta atrás y lo vamos a lograr. No sabemos cuándo, pero lo vamos a conseguir”.
¡Una frase y algo más … para el Cambio!
“El régimen a través del instructivo Onapre despoja de más del 40 por ciento del sueldo a los profesores universitarios. Un vulgar robo mediante una ficción jurídica” (José Marín Díaz). Noviembre 17 2024.
“Quedo corto estimado, la apropiación indebida es entre 60 y70% de nuestro ingreso salarial, el sector universitario es el más golpeado con la aplicación del Instructivo ONAPRE” (José Ydrogo).
"Por la idea perseguida por los golpes recibidos, por aquel que no resiste, por aquellos que se esconden, por el miedo que te tienen, por los pasos que vigilan, por la forma en que te matan, yo te nombro, Libertad " (Paul Eluard). Publicado por Blanca Rosa Mármol, 18 de noviembre de 2024
“La defensa de la verdad no es violencia. Violencia es ultrajar la verdad” (María Corina Machado).
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