¡10 de enero rumbo a la Venezuela que queremos! ¡Versión 2025! (17)
¡Qué bonito es soñar como yo sueño, con mi
patria
feliz en libertad! (17)
¡Desiderata de un
Rebelde Soñador!
¿Quién ha hecho miserable MI JUBILACIÓN?
¡Pensionados y
jubilados están siendo exterminados!
¡Entregué lo mejor de mi vida al Estado venezolano!
¡El chavismo y el
colapso del Sistema Educativo!
¡Te contaré una
historia (100)!
¡Crónica
de un Sueño de “Libertad y Vida”
VI! Javier Milei: “No tengan
miedo, den la batalla contra el zurderío, que se la vamos a ganar, somos
superiores productivamente, somos superiores moralmente; esto no es para
tibios, ¡viva la libertad carajo!”.
BID: “Los sistemas de pensiones son un elemento central del estado del bienestar. Estos son contratos sociales que tienen como principal objetivo
proporcionar un consumo digno a los adultos mayores en aquellos años donde generar ingreso es más difícil”. ¡La tragedia del profesor universitario jubilado! ¡Profesores universitarios jubilados en
Venezuela, condenados a rebuscarse
para no morir de hambre (Testimonios)!
Crisis en Venezuela: “profesores
universitarios volvieron a movilizarse contra el régimen de Maduro por la precariedad de los salarios”. ¡“Centrar el foco” en el 10 de enero!
¡Mientras
no haya salario digno, no puede haber una Navidad digna! ¡El pueblo votó, Maduro te vas! ¡Viajar a través de un sueño de “Libertad y
Democracia”! (17)
¡Hola que tal, bienvenidos! Bienvenidos en mí
Laberinto, gracias por estar allí. Voy a iniciar esta página con la lectura de
un extracto de una publicación del Banco Interamericano de Desarrollo,
publicado en noviembre de 2018, sobre “PRESENTE Y FUTURO DE LAS PENSIONES EN
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE”.
Los sistemas de pensiones son un elemento
central del estado del bienestar. Estos son contratos sociales que tienen como principal objetivo proporcionar
un consumo digno a los adultos mayores en aquellos años donde generar ingreso
es más difícil. El diseño de estos contratos
sociales es crucial al menos por tres motivos. Primero, las implicaciones para el bienestar del ciudadano son de
una magnitud extraordinaria. Para una persona, obtener o no una pensión puede
significar tremendas diferencias de bienestar en la última etapa de su vida. Segundo, desde el punto de vista de la
sociedad, el sistema pensional redistribuye una gran cantidad de recursos entre
individuos de una misma cohorte y entre generaciones. Tercero, el gasto asociado a pensiones afecta directamente la
estabilidad fiscal y macroeconómica de los países. Sin embargo, a pesar de su importancia, las características y consecuencias de los distintos
diseños de sistema de pensiones para los ciudadanos y Estados son ampliamente
desconocidas en América Latina y el Caribe, una región donde sólo el 52,8% de
los trabajadores cotiza a pensiones en un momento dado (SIMS, 2015) y se
empiezan a ver importantes problemas de sostenibilidad financiera en algunos
países y de adecuación (o nivel de pensión) en otros.
¡Primicia en pleno desarrollo, el cambio es un hecho!
¡10 de enero!
¡La tragedia del profesor universitario jubilado!
Por Rodrigo
Rivera Morales.
En mis andanzas académicas por Suramérica y
Centroamérica he tenido contacto con muchos profesionales venezolanos,
especialmente, con profesores universitarios de UCV, ULA, LUZ, UNET; Unellez. La mayoría
jubilados y con edades superiores a los 65 años. Algunos empleados en el
sector universitario del país de su residencia actual, por lo general,
contratados por horas o en cursos de posgrado, se complementan con clases
privadas, otros, en ocupaciones
diversas, por ejemplo, un ingeniero agrónomo de taxista en Bucaramanga, un
farmacéutico de vendedor en una farmacia, en Bogotá encontré dos colegas
abogados de taxistas, en Ciudad de México quien me prestó asistencia el
aeropuerto llevando la silla de ruedas, lo reconocí, por ser de mi pueblo y
sabía que era profesor de LUZ, en ingeniería química, le inquirí ¿Pero qué haces en este trabajo? Dijo:
“Me cansé de presentar curriculum, por mi edad no me aceptaban. Salí del país
porque la jubilación no me alcanzaba para vivir, mi esposa enfermó, tenía que
hacer algo. Me ofrecieron un contrato en industria petrolera en la zona Del
Carmen, muchos venezolanos allí, trabajé casi 3 años, se cambió la
administración y reorganizaron, por mi edad resolvieron el contrato, me
indemnizaron y no he encontrado nada más”.
Esta tragedia
de ser jubilado la he vivido en carne propia. Cuando me jubilé, tenía la categoría
de titular, el máximo de la categoría, en ese momento mi pensión era
equivalente a casi 1.100, en todo caso, el poder adquisitivo del bolívar era
fuerte. Quiero destacar que, en los años de la democracia, en general, los
sueldos de los educadores permitían una vida de calidad. Con el sueldo de profesor universitario
y apoyo de la caja de ahorros, adquirí una vivienda cómoda en una urbanización
clase media alta, adquirí carro, más tarde, para mi esposa. El ejercicio
profesional daba para tener ahorros y realizar pequeñas inversiones. Los contratos colectivos se discutían
cada 3 años, obviamente, se hacía presión, pero en los cánones democráticos. En
este nefasto régimen no ha sido posible discutir ningún contrato colectivo, los
sueldos y pensiones se han convertido en sal y agua, esto ha ocasionado que
muchos profesores hayan abandonado la docencia, unos han salido del país, otros
en nuevas formas de trabajo. Los jubilados,
viviendo sus últimos años en la
miseria, otros en su vejez
trabajando para sobrevivir. Los
ahorros en las cajas de ahorros de
muchos años se esfumaron, ahogando la seguridad de tener algo en caso de
urgencia.
Ahora
bien,
surge la pregunta ¿por qué ese
ensañamiento y descuido con la
educación? La respuesta es sencilla. Podemos contestarlo con una frase de
Francisco de Miranda: “La tiranía no puede reinar sino sobre la ignorancia de los
pueblos”. El perverso régimen tomó al dedo lo que enseñó Bolívar: “Los pueblos ignorantes es instrumento ciego de su propia
destrucción”, claro, en vez de educar, se dedicaron a destruir la educación
y formar un pueblo de ignorantes. Desde el inicio, bajo la consigna que la
educación era burguesa se empeñaron destruir el sistema educativo y construir
una educación “revolucionaria” que
no ha sido nada más que sumir al país en el atraso educativo y de
conocimientos. Con mayor ahínco han acosado al sistema universitario, porque
este ha reaccionado frente a las falsedades e improvisaciones de la pandilla
gobernante, que, además, por su universalidad no puede aceptar el pensamiento
único.
No hay que ser un iluminado ni un gran
analista, para inferir que el permanente atropello a la educación en general,
con bajos sueldos, condiciones educativas ínfimas, cero inversiones en
investigación, imposición de pensamiento único, persecución a los disidentes,
es una política programada por la pandilla cívico-militar para generar
ignorancia en el País, impedir la formación de opinión pública crítica y en
estas condiciones perpetuarse en el poder.
Rodrigo
Rivera Morales
es doctor en Derecho. Miembro fundador del capítulo España. Bloque
Constitucional.
¡Profesores universitarios jubilados en Venezuela, condenados
a rebuscarse
para no morir de hambre (Testimonios)!
La emergencia humanitaria compleja, el éxodo
forzado de millones de venezolanos, la galopante hiperinflación y las
consecuencias de la pandemia por el Covid-19, han hundido en la miseria a una
buena parte de los profesores universitarios jubilados.
De acuerdo con los datos manejados por el Observatorio de Universidades, el salario promedio de un profesor oscila entre 9 y
11 dólares, el más bajo de Latinoamérica y el Caribe. Para poner en perspectiva
esta dura realidad, en Haití –que es uno de los países más pobres de la región–
un docente de educación superior gana 650 dólares.
Una encuesta realizada en 2021 por esta misma
ONG sobre las condiciones de vida de
la población universitaria (Enobu 2021), arrojó unos resultados preocupantes:
el 35% de los profesores
universitarios de 60 años o más, “, y otro 35% no recibe ningún ingreso extra
respecto de su salario del Ministerio de Educación Universitaria”.
Tristeza, indignación, humillación, angustia,
depresión, dolor, miseria, hambre, resiliencia, supervivencia; son algunas de
las palabras que delinean los
desgarradores testimonios de profesores jubilados de varias universidades
del interior del país.
Aunque las estadísticas dan un diagnóstico de
la gravedad del problema, conocer de cerca lo que viven estos profesionales que
dieron sus mejores años en la formación de miles de jóvenes, nos proporciona la
dimensión humana de esta tragedia. ¿Venezuela
se arregló? Veamos.
“Nunca
imaginé que íbamos a estar en esta situación de mendicidad”
De lunes a viernes Jackeline Vicoz llegaba a las aulas de clase de la Universidad de
Carabobo (UC), donde se desempeñó
como profesora en la Facultad de Ciencias de la Educación. Su pasión por
transmitir conocimientos no podía esperar, así que era la primera en llegar y
la última en irse. Con tiza y borrador en mano, se instalaba en su escritorio a
esperar que llegaran sus alumnos. Su rutina no varió en dos décadas de
docencia. Sin embargo, hace cinco años la situación económica se volvió
asfixiante y decidió jubilarse.
Vicoz, quien es licenciada
en Educación, mención Ciencias Sociales, magister en Investigación y doctora en
Educación de la Universidad de Carabobo, comenzó a notar en 2017 que el salario
que devengaba no le alcanzaba ni siquiera para comprar su tratamiento de
hipertensión cardíaca y trombosis profunda venosa, mucho menos para cubrir los
gastos de mantenimiento de su vehículo. “¿Qué
estoy haciendo aquí?”, fue la pregunta que se hizo durante varios días
hasta que decidió retirarse de los salones de clase.
Relató que al principio el impacto emocional
fue grande, porque nunca se imaginó que luego de tantos años de formación académica
tendría que dejar a un lado su vocación de enseñar y desempeñarse en otra área.
“En mi caso tengo que hacer otros tipos de
trabajo, salir a trabajar a pesar de nuestras condiciones médicas. Los profesores jubilados tenemos que salir a trabajar porque si no,
nos morimos de hambre, de mendicidad
(…) ¿Uno se preparó para terminar en
esto? ¿Para terminar dependiendo de
familiares? No. Yo me preparé para tener una jubilación y una tranquilidad
económica que me permitiera, al menos, cubrir mis gastos básicos del día a día”,
expresó la profesora de 55 años de edad.
Manifestó
sentirse humillada,
porque el salario que devenga como profesora jubilada de la UC no supera los 10 dólares al mes.
“Nunca pensamos que íbamos a estar en esta situación de mendicidad, que tenemos
que depender de otros familiares, porque no tenemos para comer. Es triste esta
situación, muy deprimente. El Gobierno no ha entendido que nuestras casas de
estudios son sagradas”, dijo.
Por 42 años ejerció la educación en la
Universidad Pedagógica Experimental Libertador núcleo Maturín y jamás pensó que
en sus años de jubilación tendría que dedicarse a otro oficio para poder
sobrevivir. El profesor Ezequiel Zurita
se gana la vida cantando y animando en
fiestas de vecinos y amigos que viven en
otras zonas.
Desde hace dos años decidió sacarle provecho
a su talento en la animación y el canto, ya que el sueldo que devenga como
jubilado es insuficiente para mantenerse. Su salario sumado al bono que otorga
el régimen, no llega ni a 150 bolívares mensuales, a pesar de tener el cargo de
profesor titular, el más alto de la
tabla del personal docente.
“Los
jubilados no tenemos ninguna ayuda del gobierno. Había una unidad de
atención para los jubilados, pero por la misma situación actual del país, eso
desapareció. En la subdirección de extensión había una Asociación de Profesores
Jubilados y no se sabe qué pasó con eso”, narró el profesor Zurita.
A sus 66 años, el profesional de la enseñanza
es paciente diabético, pero desde hace mucho tiempo no ha podido tomar sus
medicamentos, pues afirma que el dinero que percibe solo alcanza para comer.
Ante este panorama, opta por caminar todos los días varias cuadras en su
urbanismo para mejorar su calidad de vida.
Pero no solo es la diabetes, sino la soriasis
lo que padece Zurita. Sin embargo, afirma que las cremas para el tratamiento
son muy costosas y el seguro médico que tenían, ya no existe. Es por ello que
la opción que le queda es ir al hospital o al Centro de Diagnóstico Integral
que está cerca de su casa.
“Tenía un hijo estudiando Ingeniería Industrial en la Universidad
Santiago Mariño, pero no pudimos
seguir costeando y por ello tuvo que abandonar a mitad de carrera. A mí me
dolió ver que no pudiera culminar sus estudios, pero cómo hacíamos si el dinero
no alcanzaba. Después de eso, se dedicó a trabajar y con lo que gana nos ayuda
a mí y a mi señora esposa que también es profesora jubilada, y entre toda gran
parte del dinero se va en comida”, contó el profesor universitario.
En su casa tiene su carro parado desde hace
bastante tiempo debido a que le es imposible poder repararlo, y aunque ha hecho
el intento de venderlo, asegura que quienes han querido comprarlo, le han
ofrecido un monto ínfimo.
Así como el caso de este profesor hay muchos,
afirma el presidente de la Asociación de
Profesores de la Universidad Pedagógica Experimental (Aproupel), Hernán Azócar,
quien precisó que, en la actualidad, esta casa de estudios cuenta con 220
profesores jubilados. El dirigente gremial resalta que más del 50% debe
dedicarse a otros oficios para poder subsistir a la crisis.
“Un
profesor titular de LUZ ganaba 2.500 dólares”.
En la región zuliana se encuentra la segunda
universidad más grande del país: la Universidad
del Zulia (LUZ). Docentes de la
facultad de Ciencias Económicas, especializados en estadísticas, aseguran que
90% de los profesores jubilados de LUZ
están en situación crítica.
Un profesor jubilado titular con 17 años de
antigüedad y al menos cuatros trabajos de ascenso, una maestría y un doctorado
(algunos realizados en el extranjero), percibe un sueldo unos 12 dólares al
mes. Lamentablemente, los profesores
universitarios no escapan de la crisis humanitaria
que se vive Venezuela.
El profesor Edinson Morales, jubilado en 2008 de la Facultad de Economía,
expresó con melancolía las paupérrimas condiciones que observa en algunos colegas.
“Los profesores de LUZ éramos
reconocidos por la calidad en la enseñanza, por nuestra apariencia, siempre
impecables al vestir. Recientemente vi a una amiga profesora y socióloga. La
tristeza nos invadió a ambos, porque no queda ni la sombra de la mujer bella,
arreglada y bien vestida que era”.
Morales comentó que la
socióloga recibe de sus hijos en el extranjero 60 dólares al mes para cubrir
los gastos en medicinas, y que también ella trabaja como delivery en una
bicicleta para completar para la comida.
Al desconocerse las normas de homologación en 2013, se crearon sindicatos paralelos
que avalaban los aumentos fuera de la ley. “Sentenciaron a los docentes a vivir
años de penumbra, hambruna y mengua”, lamentó Villa. Otra de las causas, a juicio del catedrático, fue la
eliminación de los beneficios contractuales y “el secuestro de las nóminas
por parte del régimen”.
“Se
están muriendo sin atención, sin medicinas y olvidados en un hospital”.
La pandemia por el Covid-19 ha sido la época
más dura para los jubilados de la Universidad
Nacional Experimental Francisco de Miranda (Unefm), en el estado Falcón,
porque debieron encerrarse por ser más vulnerables al virus, con el añadido de
que no cuentan con un seguro médico para cubrir cualquier eventualidad de
salud.
El profesor Williams Díaz es el vicepresidente
de la Junta Directiva del Consejo de
Profesores Jubilados de la Unefm, y resaltó que la pandemia ha sido un duro
golpe para este gremio por los bajos salarios. Además, los beneficios de una
póliza de salud quedaron el olvido. “Actualmente no contamos con un seguro
hospitalario ni de funeraria. Nuestros trabajadores que entregaron no menos de
20 años de servicio, se están muriendo sin atención, sin medicinas y olvidados
en un hospital”, dijo. Refirió que durante la pandemia han muerto 10 docentes
por enfermedades relacionadas con el Covid-19.
Unas 400 personas son las que forman parte de
la lista de jubilados de la Unefm,
los mismos que han tenido que emprender nuevos proyectos para enfrentar la
crisis económica, ya que lo que cobran mensualmente no llega a 20 dólares.
Esta
lamentable situación los ha obligado a buscar otras fuentes de ingresos, aparte de su sueldo como jubilado, aunque a muchos su
deteriorada salud los limita. El dinero apenas alcanza para cubrir los gastos
básicos de alimentación y medicinas. “Hay
quienes dependen de sus hijos,
otros se han dedicado a la docencia o asesorías en sus materias, pero también
están aquellos que, por su edad y sus condiciones de salud, no pueden trabajar,
y eso es lo que los tiene aún más deteriorados”, lamentó Díaz.
“Yo ni
sé cuánto es que ganamos. Sé que hace mucho tiempo ese pago no es nada y
nos tocó ofrecer asesorías en las materias, pero ahora nuestros hijos se hacen
cargo de nosotros, apoyo con el que ayudamos a otros profesores que se la ven
muy mal y no tienen ni qué comer”, dijo Yánez.
“Restitución
de los beneficios que han sido sepultados por la Plataforma Patria”.
Llegar a la vejez y tener garantizado el
resto de sus años para el descanso, siempre fue el sueño de los profesores
universitarios, pero la crítica situación económica y social del país hizo
despertar a los jubilados de la Universidad Experimental de los Llanos Ezequiel
Zamora (Unellez), quienes han tenido que buscar formas de subsistencia dentro
del ámbito comercial, oficios que nunca antes habían desempeñado, pero que hoy
les permiten medianamente cubrir sus principales necesidades: alimentación y
medicinas.
Con cuatro vicerrectorados en los estados
Cojedes, Portuguesa, Apure y Barinas, la Unellez se dio a conocer por su
eslogan “La universidad que siembra”, y en las últimas dos
décadas comenzó a cambiar todo por un proceso de intervención. Lo que antes era
motivo de orgullo, ahora da lástima como consecuencia de la desidia, y el
deterioro evidente en la infraestructura de la universidad, también se siente
en el bolsillo de los casi 900 profesores jubilados.
Graciela
Angarita
es la presidenta del Consejo de Profesores Jubilados de la Unellez (Conprojupellez), y ve con preocupación
lo que padece este sector de profesionales que dedicó su vida a la formación de
ingenieros agrónomos y agroindustriales, economistas agrícolas, educadores
integrales, sociólogos, entre otros. Perciben
un miserable salario mensual que en promedio alcanza unos 10.50 dólares.
Para la presidenta de Conprojupellez, los profesores jubilados pasaron a ser la población
más vulnerable de la Unellez, por lo
que en este consejo que los agrupa contaban con actividades de talento y
desarrollo humano, asesorías, entre otras, que fueron decayendo y la forma de
rendir los ingresos mensuales se ha visto cuesta arriba en medio de una
economía que no mejora, y por haber sido prácticamente olvidados por las
autoridades.
El Instituto
de Previsión Social del Profesor Universitario (IPP) dejó de ser el más eficiente servicio de salud para
convertirse en un simple procesador de documentos. Desde 2017 no reciben los
aportes que corresponden al Estado.
José
Fleitas,
presidente de la Asociación de
Profesores de la Unellez (Apunellez),
relató con dolor que ya no los atienden en ninguna clínica, lo que obliga a
este gremio universitario a reinventarse. Exigen un salario justo y la
restitución de los beneficios que han sido sepultados por la Plataforma Patria.
Crisis
en Venezuela:
“profesores
universitarios volvieron a movilizarse contra el régimen de Maduro por la
precariedad de los salarios”.
La Asociación
de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (APUCV) advirtió este domingo que la precariedad en las
remuneraciones afecta la calidad de la educación universitaria.
“Sin buenas condiciones de trabajo es
imposible atraer a los más talentosos a la carrera académica y resulta titánico
conservar la planta docente”, señaló la asociación en un comunicado publicado
en la red social X.
“La desalarización del profesorado impide
contar con una generación docente de relevo e impulsa la diáspora de docentes
Ucevistas, cuya expresión es la reducción en un más de 25 % del total de
profesores activos y que el 49 % del total sean jubilados”, añadió.
Asimismo, dijo que el congelamiento de los salarios afecta también la previsión social de los profesores, ya
que -añadió- los aportes para los programas y servicios, “al estar relacionados
con sus salarios, se han depreciado en aproximadamente un 76,54 % en los últimos dos años”.
El salario
mínimo, referencia para el resto de remuneraciones en el sector público, se mantiene en 130 bolívares al mes, hoy 3,5 dólares, un 88 % menos respecto a los 30 dólares a los que
equivalía cuando fue aumentado por última vez, en marzo de 2022, como
consecuencia de la devaluación de la moneda local frente a la divisa
estadounidense.
Además, los trabajadores públicos perciben
bonos de hasta un máximo de 130 dólares -cancelados en bolívares a la tasa
oficial- que no generan beneficios ni pasivos laborales.
El pasado 5 de mayo, la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) exigió que el salario mínimo se aumente a 200 dólares por mes,
como una estrategia, señaló, de “rescate del valor del trabajo”.
La confederación rechazó el pago de bonos
que, a su juicio, es una estrategia usada por “los patronos en detrimento del
valor del trabajo productivo, la eliminación del salario y las prestaciones
sociales del trabajador”.
¡166
salarios mínimos para poder cubrir la canasta básica!
La semana pasada, el Centro de Documentación
y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM) informó
que en Venezuela se deben ganar 166 salarios mínimos al mes para pagar la
canasta básica de alimentos de una
familia conformada por cinco personas,
que se situó en 552,29 dólares en abril.
Según la organización, el mes pasado, una
familia necesitó 11 salarios más que en marzo para adquirir una canasta alimentaria
con precios de 60 productos básicos.
Para poder comprar estos alimentos,
prosiguió, un hogar de cinco personas necesita 18,40 dólares diarios.
Según el informe, el sector que mayor aumento
registró en abril fue el de los cereales y productos derivados, con un alza del
3,86 %, seguido de las salsas y mayonesa, café, frutas y hortalizas, raíces,
tubérculos y otros, grasas y aceites.
El Cendas agregó que el costo de la canasta
alimentaria bajó su precio en divisa en un 0,4 %, con respecto al precio que reportó
en marzo de 554,26 dólares.
Venezuela
registró una inflación acumulada del 6,3 % en el primer cuatrimestre del año, tras haber cerrado abril con un incremento
promedio de precios del 2 %, según datos difundidos por el Banco Central (BCV).
El régimen de chavista prevé que Venezuela
cierre 2024 con la inflación más baja en la última década, según informó el
pasado marzo Nicolás Maduro, quien aseguró tener un plan para seguir
desacelerando el ritmo de crecimiento de precios.
Entretanto, profesores universitarios y trabajadores de diversos sectores exigen a las autoridades un aumento del
salario mínimo -referencia para el resto de remuneraciones en el sector
público-, que equivale hoy a unos 3,5 dólares al mes, cuando un venezolano
requiere más de 100 dólares mensuales para satisfacer necesidades básicas de
alimentación, según estimaciones independientes.
Fuente: infobae, con
información de EFE, mayo 26, 2024.
“El 10
de enero es una fecha importante y tenemos que poner todas las fuerzas en
esa dirección”, dijo Machado, en referencia al día marcado para que juramente
como presidente de Venezuela el ganador de las pasadas elecciones del 28 de
julio, que la oposición afirma fue Edmundo
González Urrutia, a pesar de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó la victoria de Nicolás
Maduro.
Machado aseguró que “Maduro está más aislado que nunca” y los venezolanos comprometidos
con el cambio tienen que “avanzar,
porque esto no tiene vuelta atrás y lo vamos a lograr. No sabemos cuándo, pero
lo vamos a conseguir”.
¡Una frase y algo más … para el Cambio!
“El régimen a través del instructivo Onapre
despoja de más del 40 por ciento del sueldo a los profesores universitarios. Un
vulgar robo mediante una ficción jurídica” (José Marín Díaz). Noviembre 17
2024.
“Quedo corto estimado, la apropiación
indebida es entre 60 y70% de nuestro ingreso salarial, el sector universitario
es el más golpeado con la aplicación del Instructivo ONAPRE” (José Ydrogo).
"Por la idea perseguida por los golpes
recibidos, por aquel que no resiste, por aquellos que se esconden, por el miedo
que te tienen, por los pasos que vigilan, por la forma en que te matan, yo te
nombro, Libertad " (Paul Eluard). Publicado por Blanca Rosa Mármol, 18 de
noviembre de 2024
“La defensa de la verdad no es violencia.
Violencia es ultrajar la verdad” (María Corina Machado).
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