Crónica de un país en crisis (Ven-04)
Las expropiaciones de tierras en Venezuela. El pregón revolucionario por la justicia es un clamor para acabar con el sistema feudal de amos y siervos que arranca sus raíces de las profundidades más sombrías de la historia. En el flujo y reflujo de la violenta revolución se la América Latina del siglo veinte, el anhelo vehemente del hombre por la tierra – su propia tierra – ha sido un factor predominante sobre todos los demás. A despecho del idealismo y la sinceridad de los grandes conductores revolucionarios que pasaron por la historia de la América Latina, la promesa de dotar de una heredad a todos los hombres ha quedado amargamente frustrada como una esperanza incumplida hasta lo que va del siglo veintiuno. La revolución bolivariana – “tierra para los hombres que la trabajan” – donde la propiedad privada es solo para el gobierno, porque los pobres no tienen propiedad, otra frustración revolucionaria más. El gobierno venezolano llama “rescate de tierras” a la confiscación de propiedades agrícolas. Por ejemplo, expropiaron 4 centrales azucareros con el argumento de aumentar la producción nacional y como resultado tenemos que no sólo ahora importamos más azúcar, sino que además, los centrales expropiados están ahora en completo abandono. El gobierno bolivariano ha confiscado más e 3 millones de hectáreas que considera improductivas o ilegalmente apropiadas, de unos 10 millones de hectáreas que se encontraban en manos privadas. A los campesinos, el gobierno les entrega títulos de adjudicación de la tierra sobre las propiedades confiscadas, lo que no les da la propiedad sino derecho a trabajarla y a recibir ayuda del Estado en créditos, maquinaria y tecnología. Para el economista José Guerra, “sin derecho de propiedad es difícil que haya inversión de largo plazo, que es lo que necesita la agricultura. Para que haya producción se requiere la facilidad crediticia, precios acordes con la estructura de costos, y además la propiedad”. Campesinos obligados a fundar unidades socialistas. “La tierra es para quien la trabaja”, y los campesinos que deseen aplicar este principio deberán organizarse en empresas socialistas. Eslogan más viejo que Matusalén. En este país no han funcionado los Núcleos Endógenos de Producción Socialista (NEDAS), Saraos, Fundos Zamoranos, Cooperativas, Núcleos de Desarrollo Endógeno, Empresas de Producción Socialista y Zonas Especiales de Desarrollo, ahora queremos experimentar con esto. Once años de gobierno, y no dan pie con bola, por favor. Otro ejemplo, para que veamos la eficiencia de este gobierno, es el Central Azucarero Ezequiel Zamora en Sabaneta de Barinas, aseguran “hay un cementerio de vehículos dañados, depósitos de plantas eléctricas que no ha sido puestas en funcionamiento y se las está comiendo la corrosión, siendo esa una inversión del Estado que se está perdiendo”, amén de contenedores con equipos de computación y otros de cauchos, lo que pareciera que no hay control de pérdidas en el central azucarero estatal. Otra aberración, de las tantas que se cometen en Venezuela, es la confiscación de 700,07 hectáreas de la Estación Experimental “San Nicolás”, ubicada en el Municipio San Genaro de Boconoíto, estado Portuguesa, perteneciente a la Universidad Central de Venezuela adscrita a la Facultad de Agronomía. Bajo la figura “Garantía de permanencia socialista agraria” confiscaron las tierras, la orden es “jurídicamente nula”, ya que la figura de “permanencia socialista” no existe. La epopeya del socialismo del siglo veintiuno todavía se encuentra confiscando y estatizando a tambor batiente. “Todo en exceso hace daño”. ¿Seré verdad que fracasó el modelo socialista en Venezuela? Llévatelo viento de agua. Paisano.
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