Anotaciones Inconexas de un Extensionista (Pág. 14)
En virtud del extraordinario efecto multiplicador que puede ejercer en todos los servicios agrícolas de apoyo, es la Universidad “Francisco de Miranda”, a través de los programas de Agronomía y Ciencias veterinarias que, sin lugar a dudas, los que tiene el mayor potencial para promover las profundas y amplias transformaciones que requiere la Agricultura Animal o Vegetal de la región Falconiana.
El gran reto que se presenta a la Universidad a través de los programas antes mencionados es formar profesionales que estén técnicamente preparados para hacer con los pequeños productores un esfuerzo similar al que hicieron con la Agricultura Animal o Vegetal Empresarial, de modo que todos los estratos de productores de la región tengan reales y efectivas oportunidades de modernizarse, y de ser eficientes y competitivos, porque ahora más que antes el desarrollo global de la región Falconiana exige un aporte eficiente de todos sus productores y no solo de una minoría de productores empresariales.
Normalmente, el enfoque del currículo suele seguir una estructura por disciplina y por rubro, sin ofrecer oportunidades para que los conocimientos se integren en torno a los problemas existentes en el campo y mucho menos en torno a sistemas diversificados e integrados de producción agropecuaria. Esto contribuye a que los estudiantes no sepan para que estudien una determinada asignatura y en que forma ésta podrá contribuir a mejorar la eficiencia de un rubro en particular y mucho menos del sistema integrado de producción. Asimismo contribuyen a que no sepan cómo un determinado cultivo o crianza pueda integrase y complementarse con otros rubros para que ejerza un efecto sinérgico y cumpla un múltiple propósito dentro de la unidad de producción.
Bajo este enfoque, la carencia fundamental radica en que la educación se fragmenta, es decir no se integra debidamente y así, a lo largo de la carrera, se generan transformaciones dispersas en campos de la protección vegetal, la fitotecnia, la edafología, la hidráulica o la zootecnia, sin que exista un sistema, materia o actividad curricular que explique a los estudiantes la interrelación de los conocimientos y cómo utilizarlos en la práctica. Esta forma de enseñanza los desmotiva totalmente y no los capacita para que sepan como recoger los conocimientos dispersos que han recibido, integrarlos y aplicarlos en los sistemas de producción agrícola, para solucionar los problemas allí existentes; es decir; no se les enseña: 1) como aterrizar la información teórica y fragmentada, a la realidad concreta e integrada; 2) como utilizarla en el manejo global de todos los factores que interactúan en las actividades productivas y económicas de un sistema finca.
“No se puede esperar que el egresado entregue soluciones prácticas, concretas y adecuadas a las necesidades del sector productivo, si durante su paso por el programa estudió en forma teórica, abstracta y desconectada de la realidad productiva”.
Coincido plenamente con Polan Lacki, oficial, oficial Regional de la FAO, cuando dice que para que pueda haber una mejor contribución el desarrollo del sector agropecuario, no es suficiente que los profesionales tengan profundos conocimientos teóricos; es necesario que ellos tengan adecuadas habilidades y aptitudes para aplicar dichos conocimientos en forma correcta y actitudes, que contribuyan a entender a los productores, a valorar sus experiencias y sus recursos y a comprometerse con su desarrollo.Paisano.
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