Destino de un niño negro (VIII)

Había pasado varias vacaciones escolares en el mes de julio-agosto en Punto Fijo con mis padres y hermanos. Allí logre hacerme amigo de mi hermano Domingo (hoy difunto), amistad que duro hasta su muerte y hoy todavía lo recuerdo. Pero voy a detenerme aquí, en mi narración, para que conozcan a mi padre, se llamaba José del Carmen (José) y mi mamá Dolores (Lola), y mis hermanos, yo era el mayor, después venía Domingo, Fidel (hoy difunto), Sergio, Argenis, Pastora, Omar y Carmelo. Mi padre tenía que atender su negocio en Punto Fijo, pero también tenía que atender el Hato con sus chivos, que se llamaba “El Calo”; de allí sacaban los animales para la venta y otros los compraba en fincas (hatos) vecinas. No solamente llevaba chivos, también ovejos y cochinos (cerdos). En las vacaciones de julio-agosto, prácticamente dos meses, nos trasladaba a mí y a mi hermano Domingo a cuidar los animales, papá nos llevaba bastimento (comida) para una semana; y el maíz para la arepa se lo llevábamos a la señora Delfina que nos las hacía. A las seis de la tarde, una vez encerrados los animales, apartados y estunados los corrales, nos íbamos en sendas burras tipo caballar de silla y nos seguía nuestro perro guardián llamado “Bucanegra”, perro bravo por demás. Nos íbamos a dormir a casa de la señora Delfina, era familia de papá; allí, cenábamos y nos poníamos a conversar, Delfina tenía dos hijas, María que era una flacuchenta y Pastora que era rellenita y nos daba cada piconazo que nos dejaba loco. A las ocho de la noche, a dormir hasta el otro día. A la mañana siguiente, nos levantábamos a las cinco de la mañana, tomábamos café y rumbo al Calo. Ya a las seis, estábamos ordeñando y curando animales si era el caso, soltarlos para ir a comer a la sabana. Mi hermano y yo, íbamos acompañando los animales hasta las áreas de pastoreo, allí permanecíamos con los animales hasta la tarde, aproximadamente de 2 a 3 de la tarde, de allí llevábamos los animales es estanque (laguna) para que tomarán agua, esto permanecía cerrado, porque habían muchos burros y acababan con el agua. Luego a las cinco de la tarde, jopeábamos (grito), el animal entendía y derechito para el corral. Apartar, estunar, curar, ordeñar y a prepararse para irnos a que Delfina, cenábamos, a descansar, nos recreábamos con la hermosura del cuerpo de Pastora, a dormir, a soñar con los senos redonditos y voluminosos de nuestra querida amiga.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Memorias de un Extensionista (11)

¡Yo no voto el 25 de mayo! ¡Porque no me respetaron el 28 de julio! ¡No te rindas! ¡Versión 2025-2031! (38)

¡María Corina Machado, la dama de la esperanza y libertad Latinoamérica expresó que su pueblo y ella están de la mano de DIOS! ¡Tú tienes el Poder! ¡Hay guacamayas volando sobre Miraflores y Fuerte Tiuna! ¡Versión 2025-2031! (43)